En la industria de la moda de lujo, el rol de director creativo ha evolucionado más allá de ser un título prestigioso: hoy representa el epicentro del ADN de una maison, la brújula estética que guía colecciones, campañas y cultura visual. Por eso, cuando se anuncian salidas, llegadas o reemplazos en estas posiciones, el impacto trasciende las pasarelas y repercute en la narrativa global de la moda.
Durante las últimas temporadas —y especialmente en los últimos meses— hemos sido testigos de una reconfiguración sin precedentes. Casas históricas están reescribiendo su presente a través de fichajes estratégicos, mientras diseñadores de renombre dan pasos audaces hacia nuevos territorios creativos. Lejos de la idea de una “pausa” o “ralentización” del lujo, lo que está sucediendo es una efervescencia creativa que redefine el poder simbólico del diseñador como autor, curador y rostro visible de una marca.
En este escenario, nombres como Jonathan Anderson, Demna, Duran Lantink o Matthieu Blazy protagonizan los titulares con movimientos inesperados, marcando tanto el cierre de ciclos como el inicio de nuevas eras. Desde el ascenso de voces emergentes hasta el regreso de figuras consolidadas a casas legendarias, este fenómeno —que podríamos bautizar como el gran juego de las sillas musicales de la moda— pone en evidencia el deseo de las marcas por renovarse sin perder identidad.
Aquí, un repaso inteligente y necesario por las jugadas más relevantes de este tablero cambiante de la moda de lujo.
Jonathan Anderson, conocido por su enfoque disruptivo en Loewe, ha sido nombrado director creativo de la línea masculina de Dior. Su visión, que fusiona lo tradicional con lo contemporáneo, promete revitalizar la masculinidad clásica de la maison francesa. Este movimiento estratégico busca inyectar una nueva energía a Dior, especialmente en un momento en que la línea masculina requiere una renovación significativa.
La icónica casa francesa ha dado un giro audaz al nombrar a Duran Lantink como su director creativo permanente. Conocido por su enfoque en el upcycling y diseños inclusivos, Lantink aporta una perspectiva fresca que honra el legado de Gaultier mientras lo proyecta hacia el futuro. Su primera colección de prêt-à-porter debutará en septiembre de 2025, seguida por su incursión en la alta costura en enero de 2026.
Tras casi tres décadas al mando, Donatella Versace ha cedido el trono a Dario Vitale, un diseñador que ha ascendido en las filas de Miu Miu. Este cambio marca el fin de una era familiar en la dirección creativa de la marca. Vitale, con su enfoque contemporáneo y visión renovadora, se enfrenta al desafío de mantener la esencia audaz de Versace mientras la lleva hacia nuevas alturas.
Demna, anteriormente al frente de Balenciaga, ha sido designado director creativo de Gucci. Su nombramiento se interpreta como una estrategia para revitalizar la marca italiana, conocida por su enfoque provocador y vanguardista. Con una visión audaz y disruptiva, Demna tiene la tarea de reimaginar la identidad de Gucci en un mercado global en constante evolución.
Michael Rider, exdirector creativo de Ralph Lauren, ha asumido la dirección creativa de Celine, sucediendo a Hedi Slimane. Su enfoque minimalista y sofisticado promete devolver a la marca francesa a sus raíces de elegancia atemporal, alejándose de las tendencias efímeras que dominaron en años recientes.
Estas transiciones reflejan una tendencia más amplia en la industria de la moda: un movimiento hacia la estabilidad creativa. Las casas de lujo están optando por nombrar directores creativos permanentes, abandonando el modelo de diseñadores invitados que, aunque aportaban frescura, carecían de continuidad. Este cambio busca una identidad más coherente y una conexión más profunda con los consumidores.
Los recientes nombramientos de directores creativos en las casas de moda de lujo no solo son movimientos estratégicos, sino también reflejos de una industria en transformación. Cada uno de estos diseñadores aporta una visión única que, al fusionarse con el legado de las marcas, promete redefinir el panorama de la moda de lujo en los próximos años. En este juego de sillas musicales, la música nunca se detiene; solo cambia la melodía.



En la industria de la moda de lujo, el rol de director creativo ha evolucionado más allá de ser un título prestigioso: hoy representa el epicentro del ADN de una maison, la brújula estética que guía colecciones, campañas y cultura visual. Por eso, cuando se anuncian salidas, llegadas o reemplazos en estas posiciones, el impacto trasciende las pasarelas y repercute en la narrativa global de la moda.
Durante las últimas temporadas —y especialmente en los últimos meses— hemos sido testigos de una reconfiguración sin precedentes. Casas históricas están reescribiendo su presente a través de fichajes estratégicos, mientras diseñadores de renombre dan pasos audaces hacia nuevos territorios creativos. Lejos de la idea de una “pausa” o “ralentización” del lujo, lo que está sucediendo es una efervescencia creativa que redefine el poder simbólico del diseñador como autor, curador y rostro visible de una marca.
En este escenario, nombres como Jonathan Anderson, Demna, Duran Lantink o Matthieu Blazy protagonizan los titulares con movimientos inesperados, marcando tanto el cierre de ciclos como el inicio de nuevas eras. Desde el ascenso de voces emergentes hasta el regreso de figuras consolidadas a casas legendarias, este fenómeno —que podríamos bautizar como el gran juego de las sillas musicales de la moda— pone en evidencia el deseo de las marcas por renovarse sin perder identidad.
Aquí, un repaso inteligente y necesario por las jugadas más relevantes de este tablero cambiante de la moda de lujo.
Jonathan Anderson, conocido por su enfoque disruptivo en Loewe, ha sido nombrado director creativo de la línea masculina de Dior. Su visión, que fusiona lo tradicional con lo contemporáneo, promete revitalizar la masculinidad clásica de la maison francesa. Este movimiento estratégico busca inyectar una nueva energía a Dior, especialmente en un momento en que la línea masculina requiere una renovación significativa.
La icónica casa francesa ha dado un giro audaz al nombrar a Duran Lantink como su director creativo permanente. Conocido por su enfoque en el upcycling y diseños inclusivos, Lantink aporta una perspectiva fresca que honra el legado de Gaultier mientras lo proyecta hacia el futuro. Su primera colección de prêt-à-porter debutará en septiembre de 2025, seguida por su incursión en la alta costura en enero de 2026.
Tras casi tres décadas al mando, Donatella Versace ha cedido el trono a Dario Vitale, un diseñador que ha ascendido en las filas de Miu Miu. Este cambio marca el fin de una era familiar en la dirección creativa de la marca. Vitale, con su enfoque contemporáneo y visión renovadora, se enfrenta al desafío de mantener la esencia audaz de Versace mientras la lleva hacia nuevas alturas.
Demna, anteriormente al frente de Balenciaga, ha sido designado director creativo de Gucci. Su nombramiento se interpreta como una estrategia para revitalizar la marca italiana, conocida por su enfoque provocador y vanguardista. Con una visión audaz y disruptiva, Demna tiene la tarea de reimaginar la identidad de Gucci en un mercado global en constante evolución.
Michael Rider, exdirector creativo de Ralph Lauren, ha asumido la dirección creativa de Celine, sucediendo a Hedi Slimane. Su enfoque minimalista y sofisticado promete devolver a la marca francesa a sus raíces de elegancia atemporal, alejándose de las tendencias efímeras que dominaron en años recientes.
Estas transiciones reflejan una tendencia más amplia en la industria de la moda: un movimiento hacia la estabilidad creativa. Las casas de lujo están optando por nombrar directores creativos permanentes, abandonando el modelo de diseñadores invitados que, aunque aportaban frescura, carecían de continuidad. Este cambio busca una identidad más coherente y una conexión más profunda con los consumidores.
Los recientes nombramientos de directores creativos en las casas de moda de lujo no solo son movimientos estratégicos, sino también reflejos de una industria en transformación. Cada uno de estos diseñadores aporta una visión única que, al fusionarse con el legado de las marcas, promete redefinir el panorama de la moda de lujo en los próximos años. En este juego de sillas musicales, la música nunca se detiene; solo cambia la melodía.