Nacida en medio de una tierra mágica y ancestral dividida por ocho regiones -Cañada, Costa, Istmo, Mixteca, Papaloapan, Sierra Sur, Sierra Norte y Valles Centrales-, la modelo y Dj oaxaqueña Yazmín Escobar encarna el oro y esplendor de tan insigne lugar, siendo elegida por Dolce Gabbana, Garnier y Swarovski, entre otras firmas, como la quintaesencia de lo mexicano

México con “m” de mestiza, montaña y mujeres de barro y miel

México con “m” de marzo, mandarinas y milhojas

México con “m” de mesas bien puestas, minutos eternos y música cachonda

México con “m” de mares picados y destinos encontrados

Sus ojos, dos escarabajos de jade sobre un cuerpo de olivo, lo mismo están aquí que allá

El rostro de Escobar ha protagonizado portadas de varios de los medios más codiciados, entre los que se cuentan Harper’s Bazaar, Marie Claire, Maxim y, ahora, Coquette. La joven de 29 años de edad, además de portar con garbo cualquier prenda, es la prueba viviente de que existen realmente personas con el don de la ubicuidad.

Sus mañanas son un cóctel de emociones en el que la mexicana oscila de un llamado a otro, entre aerolíneas comerciales y particulares. Hoy toca en Los Angeles, mañana desfila en Nueva York y pasado asiste a un retiro en Tulum, en medio de vestidos de alta moda y vinilos viejos como parte de su equipaje habitual. Pero la excitante vida de Escobar no la arranca del suelo, con el que tiene una conexión casi sagrada, y entre corte y corte, la mujer escribe, canta y dibuja. Su imaginación es un jardín poblado por gerberas y alisos, de ellos manan de canciones y notas que emplea en sus múltiples propósitos: uno de ellos, su primer EP como música.

“Perfil izquierdo al frente” (su lado más dulce), solicita el fotógrafo de manera beligerante; “¾, perfil derecho al frente” (su rictus más fuerte), contraindica el artista visual, dirigiendo a Escobar para extraerle ese yin y yang que bien sabe mostrar a la cámara. Esa dualidad, mitad jaguar, mitad mujer, con la que está tan avezada al posar. No por nada, en vez de continuar con su carrera de mercadóloga, al egresar de la Universidad Anáhuac a los 19 años, sería fichada por la agencia de talento y modelaje New Icon tras notar en Yazmín una energía inusual para su edad.

Escobar y el resto de las mexicanas parecemos no agotarnos jamás de correr de un lado a otro, cargando nuestra casa, amigos, amores y ambiciones en hombros, como parte del periplo. No le pesa desvelarse o meterse en camisa de 11 varas: sabe que el tiempo es ahora.

“La queja arruina, la gratitud eleva”

“Hoy tengo trabajo, no lo voy a desperdiciar estando cansada”, sentencia la también diseñadora de muebles. Haber nacido en un espacio tan multicultural como el estado de Oaxaca, y el contacto temprano con el atelier de modas de su abuela, le hizo sensible al mundo creativo que más adelante abrazaría con agrado.

La modelo deja para después todo lo que no le aporta algo positivo. Trota sobre tacones de aguja entre sesiones fotográficas para campañas publicitarias, alfombras rojas o di sets en festivales como el Corona Capital y Pal Norte, o exclusivos clubes nocturnos en fiestas privadas, con mezclas que destacan su selección de géneros musicales favoritos: House, Ambient, Funk o Disco. Crea ambientes tan dinámicos como divertidos sobre la pista de baile, un poco como ella, quien detrás de las tornas sonríe y brinda con la concurrencia entre cada sampleo y scratch.

“No me obsesiono con los errores”, expresa Yazmín alegremente, cuando nos cuenta que no siempre le salen bien las cosas, en específico al tocar en directo, si una pista no sale o entra a tiempo. “Yo fluyo”, continúa la pinchadiscos, afirmando que un resbalón no significa nada. “Hasta los músicos más experimentados se les olvidan las notas, así como a las mejores modelos tropiezan en las pasarelas y en ninguna de esas ocasiones nadie dejó de ser humano en el acto. Lo que sucede con tu reacción ante el accidente determina quedarse atrás o seguir adelante”, musita la maniquí, instando a no esconder las fallas mientras le aplican más sombra tornasolada sobre sus espesos párpados.

Si me quieres, quiéreme entera…

No por zonas de luz o sombra…

Si me quieres, quiéreme negra y blanca.

Y gris, y verde, y rubia, y morena…

Quiéreme día, quiéreme noche…

¡Y madrugada en la ventana abierta!

Si me quieres, no me recortes:

¡Quiéreme toda… O no me quieras!

Dulce María Loynaz

Y aunque de lejos la vida de esta it girl mexicana se antoja por los incontables regalos, viajes y aplausos de los que hoy goza, Escobar no es ajena a temas como el acoso laboral o la discriminación por su tono de piel. Antes de convertirse en una celebridad de la industria, al inicio de su carrera escuchó toda clase de comentarios desafortunados hacía su persona y otras compañeras del modelaje por parte de fotógrafos impertinentes o desleales representantes de marcas, quienes actuaban como si ellas no existieran o fueran simples ganchos con piernas.

“Recuerdo trabajos como modelo donde los clientes no estaban pendientes de nosotras, no nos daban de comer o nos criticaban en la cara, nos hospedaban en hoteles de mala muerte y lanzaban miradas morbosas… bueno, la lista es larga. Algo que en la industria de la música jamás he experimentado. Vamos, no es que el mundo de la moda sea peor que el de la música, existen predadores en todas partes y hay que estar muy alertas”, expresa Yazmín, agradeciendo que hoy sea más seguro dedicarse a esta clase de profesiones. En el pasado, expresar inconformidad era sinónimo de cancelación de eventos o contratos.

En sus palabras, estas tres recomendaciones te pueden salvar la vida y la carrera:

• Nadie, salvo el stylist, debe tocarte o acomodarte cosas sobre el cuerpo.
• Evita extender el tiempo (más del necesario) en sesiones, sets o cualquier otrasituación. Ve a lo tuyo. Llega temprano y vete temprano.

• Si el cliente se comunica mucho contigo, directamente y no por medio de bookers o agencia, sospecha y pide ayuda.

Cómo es adentro, es afuera

“Adoro trabajar y para hacerlo requiero de rituales”. Yazmín, cuando vuelve a casa después de largos periodos de ausencia, también se dispone a ser amante de su casa, limpiando con esmero cada detalle, acomodando y decorando al lugar al que espera pronto llamar hogar familiar cuando agrande su vida doméstica con la llegada de un futuro hijo, junto a su pareja André Fernández, productor y músico de The Wookies, con quien la modelo lleva casada desde hace un año, tras un noviazgo de casi una década.

“Por ser madre sí colgaría los hábitos de músico y modelo, son profesiones que drenan mucho -energéticamente hablando- a quien se dedica a esto. Cuando tocas en vivo hay un choque de vibras entre el público y tú; es como vivir un miniparoxismo, donde tú como dj y ellos como foro experimentan complicidad en el tormento de pasarla bien”, comenta. Antes de siquiera soñar con ser rostro de campañas de H&M y Benito Santos, tuvo pretensiones más sencillas, como aprender hacer pan o ser artista plástica. Gracias a la insistencia de sus múltiples conocidos y el excelente ojo de su asesor Pablo Antón, la oaxaqueña dejó atrás aquellos proyectos para volverse una de las mas bellos figurines del país, en cuanto a industria de modelaje se refiere.

“La música es mi alimento. Allí encuentro un subterfugio a todas mis preocupaciones. Cuando toco, libero tensiones, y si soy madre me encantará enseñarle eso a mis hijos, y también a reponerse de esos encuentros. La vida nocturna es increíble pero te roba tiempo del presente”, enfatiza, aclarando que comer sano, hacer tus compras, elegir verduras y cocinar para ti son los rituales fundamentales para rendir el máximo. “Se duerme poco en estas profesiones, por lo que debes aprender a inducir el sueño en pequeñas siestas a lo largo del día, como durante el tráfico, mientras tienes algún tiempo ‘muerto’. El cuerpo te lo agradecerá muchísimo”.

La modelo y disc-jockey suelta una máxima: “Cómo es adentro, es afuera”. Para ella, tener una consciencia clara y una dieta balanceada, así como una rutina de movimiento constante, son maneras para recobrar la intimidad, no perder el piso y disfrutar de la vida cotidiana en todas sus presentaciones.

“Una casa limpia, un cuerpo hermoso y una mente en paz requieren de un espíritu disciplinado, no hay recetas mágicas, solamente trabajo duro”