En la vida de Daniela Campos, mejor conocida como Ela Velden, nada se toma a la ligera. Su temperamento audaz le ha permitido foriarse un nombre en medio del espectáculo con acciones que incluyen abandonar relaciones y sets si su instinto lo demanda. O bien cruzar el océano y aprender otras lenguas para fulgurar como toda una estrella. Esta es su historia…
Como periodistas, nos entrenan para contar hechos relevantes desde diferentes ángulos a pesar de las condiciones variables, llámense inclemencias naturales, personalidades inaccesibles, trincheras o chacaleos durante ruedas de prensa. La misión es clara: recabar material inédito o extraordinario en el cual los personajes públicos cuentan de viva voz a través de nuestras letras, detalles recónditos que los acerquen a los lectores por medio de facetas desconocidas para empatizar con aquellos a los que admiramos y solemos ver únicamente de lejos.
No obstante, en ninguna clase de redacción durante la academia nos preparan para escuchar y, sobre todo, presenciar individuos cuyo carácter nos aleccionará toda la vida. Es el caso de la joven actriz y empresaria queretana Ela Velden: como buena canceriana regida por las Lunas de julio, posee una naturaleza ambigua y explosiva, donde su sensibilidad exquisita le permite comprender grandes incógnitas para descifrarlas por medio de las artes, pero que -debido a su mutabilidad- pueden reaccionar sin dificultad o miramientos cuando no se sienten en armonía con el entorno.
Intuitiva y curiosa, Ela se pone de frente a nosotros al conversar con diafanidad sobre las cosas que la apasionan con viveza: la fotografía, la moda y la gastronomía. Y también aquello que le indigna profundamente: la injusticia social y la tristemente célebre “caducidad” que podemos tener las mujeres dentro de la industria del entretenimiento, cuando nuestra edad va en aumento y nuestros encantos en detrimento.
Son temas que no esperarías escuchar de una de los rostros favoritos de Televisa v menos de una estelar, como lo fue Velden en el año 2016, en el exitoso melodrama del productor y director televisivo Pedro Damían, Despertar contigo, realización por el cual Ela fue acreedora al premio Revelación Femenina de los TV Adicto Golden Awards debido a su papel en dicha novela. Allí demostró su capacidad autocrítica de pensar fuera de la caja a pesar de ser parte del llamado mainstream media, como son la televisión abierta y diversas plataformas digitales donde la rubia ha batido por igual corazones que récords de audiencia.
“Aprende de los perros viejos”
Cuando en 1978 la afamada publicación estadounidense Rolling Stone entrevistó al irascible y caótico poeta Charles Bukowski sobre su vida, el autor de Se busca mujer no temió mostrar sus verdaderas costuras a los reporteros del semanario musical: casa sucia, cuentas vencidas y, desde luego, gusto por la pornografía explícita. Allí, el también novelista, compartió con sus homólogos uno de sus consejos más valiosos sobre el oficio (que bien pudieran aplicar para cualquier industria): “Aprendan de los perros viejos, esos que se arrancaron las entrañas para que hoy tú disfrutes su obra”. Así se expresó el escritor de origen alemán cuando señaló a Céline, Camus y Dostoyevski, como algunos de sus más grandes influencias a la hora de escribir sin pretensiones de agradar a nadie más que relatar la verdad, a pesar de recoger los pedazos de esta entre los suelos.
En ese sentido Velden, converge con el literato angelino al haber tomado el consejo de la legendaria actriz y símbolo sexual de los años 70 Isela Vega. Famosa por ser de las primeras celebridades mexicanas en hacer desnudos en la pantalla grande y editoriales con Playboy, cuando compartieron créditos en una de las últimas producciones de Vega, Muchacha italiana viene a casarse, la entonces veinteañera escuchó de la legendaria artista lo siguiente: “¡Haz ruido, llama la atención, ocupa espacio y encuérate! Las actrices con mayor presencia en los reflectores hacen eso y más. Disfruta tu cuerpo, tu cara. Nunca volverás a estar así de joven o de buena. Solo los recuerdos quedan”.
Rememora con nostalgia la actriz de El juego de las llaves sobre esos días cuando era una completa novata con grandes ambiciones para sí misma, pero con pies de plomo. A la fecha, la ojiverde no ha hecho un desnudo frontal como su mentora se lo sugirió, pero de la cual aprendió a sentirse cómoda con su sensualidad. Una que no está dispuesta a negociar con la industria por no tener tal o cual tipo de silueta.
Recordemos que hasta no hace mucho tiempo la televisión mexicana estaba decretada por cuerpos heteronormativos y pigmentocracia clara, imponiendo estándares de belleza totalmente alejados de la realidad nacional a sus protagonistas en cualquier pieza melodramática e incluso haciéndolo extensivo a la barra informativa en los diversos telediarios. Al respecto, Velden se pronuncia:
“Es muy satisfactorio ver cómo la escena mediática ha cambiado en tan breve lapso de tiempo. Desde la aparición del movimiento #MeToo algo se cimbró para siempre.Ya no se espera que las histrionas sean guapas o perfectas todo el tiempo, hay cabida para más diversidad. Antes, una actriz llegados a los 40 años en automático recibía papeles de madre, esposa o viuda. Impensable que pudiera interpretar roles más rompedores, como sí sucede en el presente”, admite la también productora, quien padeció varias crisis de identidad al estar expuesta desde muy chica a incontables horas de retoques de peinado y maquillaje para acentuar o disimular tales o cuales rasgos físicos, distorsionando su percepción de sí misma.
“En más de una ocasión me llegué a cuestionar si la mujer que aparecía en pantalla era la misma que soy diariamente. Estando de rodaje por Italia, aprendí que le llaman ‘trucco’ a los cosméticos, porque de alguna manera son efectos especiales para mostrarnos ante otros. Y así andamos con trucos, haciendo magia con lo mucho o poco que tengamos a la mano”, enfatiza la también intérprete de Infieles, famosos e infames, obra escrita por el dramaturgo Neil LaBute, cuya trama irónicamente versa sobre todo lo mencionado, pero desde la óptica de una starlet hollywoodense en ascenso.
En consonancia con lo anterior, Velden añade que la presencia de su madre en toda su carrera ha sido indispensable, pues ella se encarga de aterrizarla, disipando todo margen de dudas, depositando claridad donde pudiera haber penumbra. “Mi mamá me ha expresado mil veces que la ficción es una y la realidad es otra. Daniela Campos es perfecta con o sin extensiones, labios pintados o uñas de acrílico, porque hay sustancia e integridad en mi interior”, sostiene.
Además de reconocer las lecciones adquiridas de propios y ajenos, sumaría a la lista de gente influyente en su formación humana a Damián Alcázar. El otrora diputado de la República compartió tablas con Velden en la obra El profesor, donde el experimentado actor le inspiró diferentes sentimientos: uno de ellos a ser totalmente respetuoso y cercano al público. “Cuando llevamos el montaje de gira por todo el país, cientos de personas se acercaron a Damián para pedirle fotos y autógrafos sin importar que estuviéramos comiendo o ensayando. Él siempre estrechaba manos con el mayor agrado posible. No tuvo que decirme con palabras lo que con hechos me evidenció. Desde ese momento comprendí que parte de mi trabajo consiste en ser amable y agradecida con la audiencia. Finalmente, su aplauso y reconocimiento sí ponen el pan sobre mi mesa”.
Tras bambalinas
Aunque Velden tiene incontables oportunidades bajo el brazo para seguir creciendo como intérprete, no descarta la posibilidad de expandirse hacia el mundo de la hospitalidad tras aliarse con el reconocido chef sinaloense Andrés Trillo –dueño de una gran experiencia en bistros con estrellas Michelin en Francia y Japón– para abrir una buhardilla chic, donde los amantes de los ambientes despreocupados serán más que agasajados.
“Me gustan los lugares que nacen desde la autenticidad, donde el tiempo se suspende para siempre en forma de copas de vino o buenos ratos. Creo que los mejores momentos de mi vida los he pasado entre amigos y platos de comida. Esa sensación es la que quiero transmitir con este nuevo emprendimiento”, asegura la también modelo. Afirma que ser actriz es la mejor decisión que ha tomado en su existencia, pero de la cual admite que –al igual que muchas cosas placenteras en este orbe– el oficio de Tespis es uno sumamente fugaz.
Y es que a pesar de que Velden posee una pasión por las artes escénicas desde la tierna infancia, con su primera aparición en la obra El jorobado de Notre Dame, donde obtuvo el papel de la gitana Esmeralda, a la fecha Ela se ha dedicado a retar el peligro con cada apasionamiento o proyecto que se propone. Ya sea practicar patinaje urbano, recitar versos en un tablado despoblado o proponer guiones para inversionistas desde su casa productora, la joven no duda arremangarse la camisa e intentar hasta conseguirlo.
“Estoy viviendo una gran época de mi vida, me agrada todo cuanto tengo y voy por más. Hay cosas que me gustaría compartir con mis seres queridos, como es el ímpetu que hoy tengo para empezar desde cualquier lugar, especialmente con mi padre, el cual ya no está presente. Me encantaría que fuera parte de esta ola de éxitos que cada día cobran mayor forma”, concluye Ela, gran entusiasta del realizador mexicano Alfonso Cuarón, con quien amaría rodar un filme tan emotivo como lo fue la cinta Little Princess, una de las películas más significativas para quienes hemos amado y perdido un padre antes de tiempo. ★
En la vida de Daniela Campos, mejor conocida como Ela Velden, nada se toma a la ligera. Su temperamento audaz le ha permitido foriarse un nombre en medio del espectáculo con acciones que incluyen abandonar relaciones y sets si su instinto lo demanda. O bien cruzar el océano y aprender otras lenguas para fulgurar como toda una estrella. Esta es su historia…
Como periodistas, nos entrenan para contar hechos relevantes desde diferentes ángulos a pesar de las condiciones variables, llámense inclemencias naturales, personalidades inaccesibles, trincheras o chacaleos durante ruedas de prensa. La misión es clara: recabar material inédito o extraordinario en el cual los personajes públicos cuentan de viva voz a través de nuestras letras, detalles recónditos que los acerquen a los lectores por medio de facetas desconocidas para empatizar con aquellos a los que admiramos y solemos ver únicamente de lejos.
No obstante, en ninguna clase de redacción durante la academia nos preparan para escuchar y, sobre todo, presenciar individuos cuyo carácter nos aleccionará toda la vida. Es el caso de la joven actriz y empresaria queretana Ela Velden: como buena canceriana regida por las Lunas de julio, posee una naturaleza ambigua y explosiva, donde su sensibilidad exquisita le permite comprender grandes incógnitas para descifrarlas por medio de las artes, pero que -debido a su mutabilidad- pueden reaccionar sin dificultad o miramientos cuando no se sienten en armonía con el entorno.
Intuitiva y curiosa, Ela se pone de frente a nosotros al conversar con diafanidad sobre las cosas que la apasionan con viveza: la fotografía, la moda y la gastronomía. Y también aquello que le indigna profundamente: la injusticia social y la tristemente célebre “caducidad” que podemos tener las mujeres dentro de la industria del entretenimiento, cuando nuestra edad va en aumento y nuestros encantos en detrimento.
Son temas que no esperarías escuchar de una de los rostros favoritos de Televisa v menos de una estelar, como lo fue Velden en el año 2016, en el exitoso melodrama del productor y director televisivo Pedro Damían, Despertar contigo, realización por el cual Ela fue acreedora al premio Revelación Femenina de los TV Adicto Golden Awards debido a su papel en dicha novela. Allí demostró su capacidad autocrítica de pensar fuera de la caja a pesar de ser parte del llamado mainstream media, como son la televisión abierta y diversas plataformas digitales donde la rubia ha batido por igual corazones que récords de audiencia.
“Aprende de los perros viejos”
Cuando en 1978 la afamada publicación estadounidense Rolling Stone entrevistó al irascible y caótico poeta Charles Bukowski sobre su vida, el autor de Se busca mujer no temió mostrar sus verdaderas costuras a los reporteros del semanario musical: casa sucia, cuentas vencidas y, desde luego, gusto por la pornografía explícita. Allí, el también novelista, compartió con sus homólogos uno de sus consejos más valiosos sobre el oficio (que bien pudieran aplicar para cualquier industria): “Aprendan de los perros viejos, esos que se arrancaron las entrañas para que hoy tú disfrutes su obra”. Así se expresó el escritor de origen alemán cuando señaló a Céline, Camus y Dostoyevski, como algunos de sus más grandes influencias a la hora de escribir sin pretensiones de agradar a nadie más que relatar la verdad, a pesar de recoger los pedazos de esta entre los suelos.
En ese sentido Velden, converge con el literato angelino al haber tomado el consejo de la legendaria actriz y símbolo sexual de los años 70 Isela Vega. Famosa por ser de las primeras celebridades mexicanas en hacer desnudos en la pantalla grande y editoriales con Playboy, cuando compartieron créditos en una de las últimas producciones de Vega, Muchacha italiana viene a casarse, la entonces veinteañera escuchó de la legendaria artista lo siguiente: “¡Haz ruido, llama la atención, ocupa espacio y encuérate! Las actrices con mayor presencia en los reflectores hacen eso y más. Disfruta tu cuerpo, tu cara. Nunca volverás a estar así de joven o de buena. Solo los recuerdos quedan”.
Rememora con nostalgia la actriz de El juego de las llaves sobre esos días cuando era una completa novata con grandes ambiciones para sí misma, pero con pies de plomo. A la fecha, la ojiverde no ha hecho un desnudo frontal como su mentora se lo sugirió, pero de la cual aprendió a sentirse cómoda con su sensualidad. Una que no está dispuesta a negociar con la industria por no tener tal o cual tipo de silueta.
Recordemos que hasta no hace mucho tiempo la televisión mexicana estaba decretada por cuerpos heteronormativos y pigmentocracia clara, imponiendo estándares de belleza totalmente alejados de la realidad nacional a sus protagonistas en cualquier pieza melodramática e incluso haciéndolo extensivo a la barra informativa en los diversos telediarios. Al respecto, Velden se pronuncia:
“Es muy satisfactorio ver cómo la escena mediática ha cambiado en tan breve lapso de tiempo. Desde la aparición del movimiento #MeToo algo se cimbró para siempre.Ya no se espera que las histrionas sean guapas o perfectas todo el tiempo, hay cabida para más diversidad. Antes, una actriz llegados a los 40 años en automático recibía papeles de madre, esposa o viuda. Impensable que pudiera interpretar roles más rompedores, como sí sucede en el presente”, admite la también productora, quien padeció varias crisis de identidad al estar expuesta desde muy chica a incontables horas de retoques de peinado y maquillaje para acentuar o disimular tales o cuales rasgos físicos, distorsionando su percepción de sí misma.
“En más de una ocasión me llegué a cuestionar si la mujer que aparecía en pantalla era la misma que soy diariamente. Estando de rodaje por Italia, aprendí que le llaman ‘trucco’ a los cosméticos, porque de alguna manera son efectos especiales para mostrarnos ante otros. Y así andamos con trucos, haciendo magia con lo mucho o poco que tengamos a la mano”, enfatiza la también intérprete de Infieles, famosos e infames, obra escrita por el dramaturgo Neil LaBute, cuya trama irónicamente versa sobre todo lo mencionado, pero desde la óptica de una starlet hollywoodense en ascenso.
En consonancia con lo anterior, Velden añade que la presencia de su madre en toda su carrera ha sido indispensable, pues ella se encarga de aterrizarla, disipando todo margen de dudas, depositando claridad donde pudiera haber penumbra. “Mi mamá me ha expresado mil veces que la ficción es una y la realidad es otra. Daniela Campos es perfecta con o sin extensiones, labios pintados o uñas de acrílico, porque hay sustancia e integridad en mi interior”, sostiene.
Además de reconocer las lecciones adquiridas de propios y ajenos, sumaría a la lista de gente influyente en su formación humana a Damián Alcázar. El otrora diputado de la República compartió tablas con Velden en la obra El profesor, donde el experimentado actor le inspiró diferentes sentimientos: uno de ellos a ser totalmente respetuoso y cercano al público. “Cuando llevamos el montaje de gira por todo el país, cientos de personas se acercaron a Damián para pedirle fotos y autógrafos sin importar que estuviéramos comiendo o ensayando. Él siempre estrechaba manos con el mayor agrado posible. No tuvo que decirme con palabras lo que con hechos me evidenció. Desde ese momento comprendí que parte de mi trabajo consiste en ser amable y agradecida con la audiencia. Finalmente, su aplauso y reconocimiento sí ponen el pan sobre mi mesa”.
Tras bambalinas
Aunque Velden tiene incontables oportunidades bajo el brazo para seguir creciendo como intérprete, no descarta la posibilidad de expandirse hacia el mundo de la hospitalidad tras aliarse con el reconocido chef sinaloense Andrés Trillo –dueño de una gran experiencia en bistros con estrellas Michelin en Francia y Japón– para abrir una buhardilla chic, donde los amantes de los ambientes despreocupados serán más que agasajados.
“Me gustan los lugares que nacen desde la autenticidad, donde el tiempo se suspende para siempre en forma de copas de vino o buenos ratos. Creo que los mejores momentos de mi vida los he pasado entre amigos y platos de comida. Esa sensación es la que quiero transmitir con este nuevo emprendimiento”, asegura la también modelo. Afirma que ser actriz es la mejor decisión que ha tomado en su existencia, pero de la cual admite que –al igual que muchas cosas placenteras en este orbe– el oficio de Tespis es uno sumamente fugaz.
Y es que a pesar de que Velden posee una pasión por las artes escénicas desde la tierna infancia, con su primera aparición en la obra El jorobado de Notre Dame, donde obtuvo el papel de la gitana Esmeralda, a la fecha Ela se ha dedicado a retar el peligro con cada apasionamiento o proyecto que se propone. Ya sea practicar patinaje urbano, recitar versos en un tablado despoblado o proponer guiones para inversionistas desde su casa productora, la joven no duda arremangarse la camisa e intentar hasta conseguirlo.
“Estoy viviendo una gran época de mi vida, me agrada todo cuanto tengo y voy por más. Hay cosas que me gustaría compartir con mis seres queridos, como es el ímpetu que hoy tengo para empezar desde cualquier lugar, especialmente con mi padre, el cual ya no está presente. Me encantaría que fuera parte de esta ola de éxitos que cada día cobran mayor forma”, concluye Ela, gran entusiasta del realizador mexicano Alfonso Cuarón, con quien amaría rodar un filme tan emotivo como lo fue la cinta Little Princess, una de las películas más significativas para quienes hemos amado y perdido un padre antes de tiempo. ★