Alguna vez, el escritor de ciencia ficción e historiador ruso-estadounidense Isaac Asimov, expresó –para el diario Chicago Tribune– que la única ruta para poder ser feliz en esta existencia es no desear ser alguien más en otro lugar haciendo algo diferente, situación que pocas personas podemos darnos el lujo a lo largo de nuestra trayectoria vital, pues una parte tan inherente como dolorosa entre los seres humanos es imaginarse mundos y realidades utópicas (o distópicas) donde experimentamos otros contextos más inquietantes, así como excitantes.
No obstante, ese ser llamado creador, como lo son las personas entregadas a las múltiples disciplinas –manifiestas en las siete bellas artes: danza, arquitectura, escultura, cine, pintura, música y literatura–, nos acerca con su presencia y propuestas a escenarios inasibles, así como extraordinarios, des- de los cuales podemos entender y reflexionar todas las posibilidades en la vastedad de nuestro espíritu como humanos.
Las artes nos brindan soluciones a lo que no podemos explicar. Su aparición pudiera ser interpretada como un chispazo colosal que nos permite trascender a la muerte y al tiempo.
Por ello, el trabajo del artista es incalculable; ofrece algo más que goce estético. Es un obsequio imperecedero que nos permite sobrellevar los misterios de la vida.
Feroz
FELA DOMÍNGUEZ
Actriz y cantante
Una de las grandes revelaciones de los últimos años es la cantante Ofelia Domínguez Guzmán, mejor conocida como Fela Domínguez, cuyas raíces cubanas y veracruzanas nos remiten a la legendaria Toña La Negra, una de las voces más atractivas durante el periodo del cine mexicano de oro y la estación de radio XEW, en el pasado siglo XX. Domínguez, al igual que su otrora homóloga, nos ha robado el corazón con sus interpretaciones de clásicos como “Historia de un amor”, acompañada de músicos al estilo Big Bands. No obstante, Fela goza de un repertorio musical amplísimo que abarca composiciones de cámara y conservatorio hasta la vertiente más pop, donde ha realizado duetos con el astro mexicano Carlos Rivera y las divas de Pandora (María Fernanda Meade y las hermanas María Isabel y María Teresa Lascuráin). Además, Fela ha sido participante de La Voz España y el Rey León, en las cuales dejó manifiestas sus cualidades para traer a la vida a Whitney Houston y a Nala (personaje de la ficción de Disney).
¿El gusto por tu disciplina artística fue innata o encontrada?
Fue algo natural, ya que todos en mi familia son músicos, lo cual fue un alivio porque entienden perfectamente mi pasión por este arte.
¿Cómo respondió tu entorno a esta voz interior?
Muy generosamente, no dudaron en apoyarme ni un segundo tanto familiares y amigos, algo indispensable para poder formarte con disciplina y pasión.
¿Cuáles han sido los sinsabores y alegrías de tu profesión?
El rechazo y el encasillamiento en lo que suena en ese momento para poder llegar más rápido a un mayor público son de los aspectos más amargos de mi carrera. Pero en cuanto a las alegrías, estas suceden al instante, cada vez que se está arriba de los escenarios haciendo lo que mejor sabes profesar.
¿Recomendarías tu oficio a otros?
Si no te resulta intimidante estar frente a cientos y miles de ojos observándote, definitivamente no. Creo que cada profesión tienes que amarla completamente y estar dispuesto a entender que toda área tiene sus complicaciones y aún así no renunciar a ella.
¿Qué hubieras hecho diferente, de ser posible, en tu arte?
Habría disfrutado mucho más el instante sin pensar en el qué dirán. En algunos proyectos, cuando era más chica, el miedo a equivocarme me drenaba evitando que saboreara lo que hacía.
Voz insigne
GUADALUPE PINEDA
Cantante
Con casi cinco décadas de carrera musical en los mejores escenarios del mundo Guadalupe Pineda, es un portento de la balada mexicana en su máxima expresión. Aunque la socióloga de formación, siempre se ha ma- ravillado por los estudios sobre los procesos de vida en las agrupaciones humanas e institucionales, fue el placer por la música y el poder de esta sobre la audiencia, lo que la llevó a conocer toda clase de recintos. Desde sus primeras presentaciones en modestos cafés en su natal Guadalajara, hasta su consagración como intérprete al cantar en Notre-Dame y el Museo Louvre en París para cientos de personas. No obstante, Pineda no se con- forma con los éxitos del pasado, sino que continuamente añade repertorio y millas musicales a su trayectoria al alternar su bel canto con personalidades diversas como la banda de rock mexicana Café Tacvuba, el cantante grupero mexico-estadounidense Lupillo Rivera o la soprano italiana Filippa Giordano, demostrando su versatilidad a la hora de adaptarse a los tablados y elencos.
¿El gusto por tu disciplina artística fue innata o encontrada?
Un poco de ambas. Ya que en mi familia corre la vena artística por parte del lado materno, a la par de que desde muy pequeña me gustaba cantar y vestirme especial para ello.
¿Cómo respondió tu entorno a esta voz interior?
Fueron totalmente cómplices. Me cobijaron desde el primer momento, pues en mi casa hay cantantes profesionales como Antonio y Pepe Aguilar. Por otra parte, a pesar de que mi madre no se dedicaba a la interpretación ella tenía una voz hermosa que siempre la compartía con todos nosotros, ello me animó a buscar una carrera en el canto.
¿Cuáles han sido los sinsabores y alegrías de tu profesión?
En todas las profesiones hay un grado de complejidad. Sin embargo, mi balance siempre ha sido positivo, recuerdo un periodo de 10 años tocando puertas para que alguien quisiera grabar con mi voz la música en la que yo creía teniendo muchas veces un ‘No’ por respuesta. No obstante todo ello me forjó carácter que se ve reflejado con creces cuando el público corea mis canciones o me brinda demostraciones de afecto.
¿Recomendarías tu oficio a otros?
Sí, pero que lo fundamenten sobre la ciencia. En mi caso, teorías como la de nudos y cuerdas me han dado grandes dosis de iluminación para aplicar sobre mi trabajo. Voltear a ver áreas opuestas a las nuestras, aportan grandes soluciones a incógnitas de la mente y el corazón. Finalmente, un consejo trivial, pero nada fuera de lugar: aliméntense bien. Puede sonar tonto, pero no dar los correctos nutrientes al cuerpo puede ocasionar perdidas y sufrimientos innecesarios, como son fatiga, ansiedad y debilidad. Pensar e imaginar consume mucha energía, como labrar la tierra, por ello comer adecuadamente es prioridad.
¿Qué hubieras hecho diferente, de ser posible, en tu arte?
No hubiera cambiado nada de cómo ocurrieron las cosas en mi camino; porque cada instante de lucha, me dio la fortaleza para seguir andando. Dándome la razón de que estoy en el camino correcto.
Formas caprichosas
SEBASTIÁN
Escultor
Cuando Enrique Carvajal adoptó el nombre artístico de “Sebastián” a finales de los años 60, lo hizo atendiendo los comentarios de profesores y periodis- tas, quienes en repetidas ocasiones lo compararon con diferentes figuras nombradas de ese modo, desde el pintor español Sebastián Muñoz, hasta la reproducciones incontables del tormento de San Sebastián, optando por tomar tal seudónimo. Desde entonces, el egresado de la academia de San Ildefonso ha realizado más de 120 exposiciones individuales en Europa y Asía, siendo Japón el país qué más cálidamente han recibido sus esculturas monumentales, destinando un lugar especial para sus piezas a un lado del Palacio Imperial de Tokio. Desde entonces y a la fecha, el nativo de Camargo Chihuahua se ha dedicado a reinventar la plástica mexicana por todo lo alto.
¿El gusto por tu disciplina artística fue innata o encontrada?
Siempre me ha encantado intervenir e interpretar las cosas desde otros ángulos.
¿Cómo respondió tu entorno a esta voz interior?
Mi pueblito (Camargo), es cuna de varios artistas importantes para México, desde un David Álfaro Siqueiros hasta una Lucha Villa; es un lugar donde fácilmente la inspiración se cruza con cada uno de sus habitantes. A pesar de no haber propiamente escuelas de arte para todos aquellos interesados en estás disciplinas, las personas gozan de forma natural sobre ‘el cómo hacer las cosas’, que es de algún modo resulta interesante y atractivo.
¿Cuáles han sido los sinsabores y alegrías de tu profesión?
Creo que el hecho de que no valoren tus ideas o las malinterpreten son unas de las más grandes tragedias y decepciones que cualquier persona que se dedique a la gestión creativa puede experimentar. En cuanto a la dicha que genera dedicarse al arte implica ver tus piezas cobrar vida y empezar su recorrido solas es de lo más emocionante que puede sucederte como autor.
¿Recomendarías tu oficio a otros?
Sí, pero que lo fundamenten sobre la ciencia. En mi caso teorías como la de nudos y cuerdas, me han dado grandes dosis de iluminación, para aplicar sobre mi trabajo. Voltear a ver áreas opuestas a las nuestras, aportan grandes soluciones a incógnitas de la mente y el corazón. Finalmente un consejo trivial, pero nada fuera de lugar: alimentense bien. Puede sonar tonto, pero no dar los correctos nutrientes al cuerpo, puede ocasionar perdidas y sufrimientos innecesarios como son fatiga, ansiedad y debilidad; pensar e imaginar consume mucha energía como labrar la tierra, por ello comer adecuadamente es prioridad.
La ménade mexicana
ELISA CARRILLO
Bailarina
Originaria de Texcoco y ganadora del Benois de la Danse en 2019, Elisa Carrillo ha puesto en el mapa el nivel de danza que nuestro país es capaz de ofrecer mediante su dignísimo porte y gráciles movimientos, siendo ovacionada de pie en algunos de los principales teatros del mundo, como son la Scala de Milán y el Bolshói en Moscú, por mencionar algunos. Allí, la prima ballerina de la compañía de danza Staatsballett Berlín ha demostrado con creces que el destino se forja mediante el rigor, pues quien desconozca esta disciplina debe saber que en cada giro se deja el alma.
¿El gusto por tu disciplina artística fue innata o encontrada?
Mi contexto de familia es muy modesto. Dedicarme al ballet, como lo he conseguido, era algo inimaginable. No obstante, la música la llevaba por dentro y lo más natural fue dejar correr el ritmo que fluye por mis venas a través de la danza.
¿Cómo respondió tu entorno a esta voz interior?
Con miedo. Creían en mí, pero no en esta profesión. Aún hoy, a pesar de los premios y la fama que pueden otorgar pertenecer a grandes compañías, la gente sigue desconfiando. Solo me queda decirles a todos aquellos que tienen esta curiosidad por la danza, que no se cansen de intentar, caer, levantarse y emprender vuelo; ese es el compás de la vida.
¿Cuáles han sido los sinsabores y alegrías de tu profesión?
Cuando era joven, para cubrir los entrenamientos, mi familia y yo muchas veces dejamos de tener lo más esencial en la casa. Eso mismo me motivó a ser firme a desgastar las zapatillas haciéndolo no bien, sino excelentemente.
¿Recomendarías tu oficio a otros?
Desde luego que sí, pero se requiere de mucha entrega y precisión para prosperar en este medio. Supongo que cualquiera puede decir lo mismo de su profesión (risas).
¿Qué hubieras hecho diferente, de ser posible, en tu arte?
Estoy contenta con mis elecciones, cada una de ellas me colocó hasta donde me encuentro. Humildemente, puedo decir que el universo ha sido infinitamente generoso conmigo.
La buena prensa
LAURA LINARES
Escritora
Alguna vez, el periodista y antropólogo chileno Ernesto Montenegro escribió: “Busca en la tierra tu pan y en los libros tu libertad”. Dardos más certeros no ha habido, pues todo aquel que desee echar andar la maquinaria de la imaginación, debe nutrir con raíces espirituales y terrenales la inventiva pos- terior. Fue el caso de Laura Linares, escritora, empresaria cultural y entusiasta de la buena mesa que la llevó a recorrer los senderos más escarpados entre Venezuela y México, haciendo de la CDMX su nuevo hogar, lugar desde el cual labora en la librería feminista U-Tópicas y Conuco, una huerta plagada de saberes y sabores donde se arropa al nuevo talento a cambio de letras nobles.
¿El gusto por tu disciplina artística fue innata o encontrada?
Más que una u otra, es un gusto heredado. Mi padre se formó en el mundo de la literatura, pero ejerció como profesor de comunicación social, mientras que mi madre –además de ser gran lectora– se dedicó toda su vida a la bibliotecología. De manera que mi entorno fue muy positivo para que germinara en mí la pasión por los libros y la libertad de expresión.
¿Cómo respondió tu entorno a esta voz interior?
Afortunadamente, de muy buen modo. El único consejo que me dio mi padre fue que hiciera de mi pasión mi ingreso. El paso por la parcela familiar en el estado Táchira, Venezuela, me dio la oportunidad de disfrutar por igual de la comida y escritura a temprana edad. El campo purifica la mente con el sudor de la frente, mientras que la recolección de la cosecha calibra la mano con la poesía de los animales de fondo.
¿Cuáles han sido los sinsabores y alegrías de tu profesión?
Encontrar una manera digna para vivir dedicándose a lo que elegimos, siempre nos pone meditar sobre si se escogió el camino correcto o no. Las autocomprobaciones son inevitables cuando contrastamos los éxitos de otros con los propios, pero ¿qué sentido tiene hacerlo? ¡Ninguno! A trabajar más duro, no queda más. Pero uno de mis sueños más anhelados y alcanzados fue la presentación de mi libro El carrito venezolano, que escribí junto a mi mejor amigo, el cual trata de la cultura alimentaria industrializada en mi país. Ese logro lo fue todo para mí.
¿Recomendarías tu oficio a otros?
En mi caso, no tuve privilegios económicos ni una familia de abolengo con poderosos contactos, pero sí un hogar en donde se nos acunó rodeados de diversas expresiones artísticas. Ello me permitió conocer personas, lugares y objetos extraordinarios. Si a pesar de las carencias de tu entorno socioeconómico te empeñas en hacerte un nombre, no será fácil, pero es posible.
¿Qué hubieras hecho diferente, de ser posible, en tu arte?
Al intelectual se le romantiza, le adornan con falsos atributos de una vida de holgura y bohemia, cuando por lo general son las penurias creativas y económicas las que le rondan por su camino en general. De tal modo que me di a la tarea de aprender herramientas de gestión y administración financiera, para poder vivir de lo que me gusta sin morir en el intento. Además, yo le recomiendo a los que buscan hacer de esta ruta su patria, instruirse periódicamente y nunca escatimar en buenos libros, ya que ellos aportan soluciones en momentos de duda.
Construyendo públicos
MIQUEL ADRIÀ
Arquitecto
Nacido en Barcelona, España, Miquel Adrià le regaló a Hispanoamérica la revista especializada en arquitectura más importante de todas. El legendario editor de Arquine, domiciliado en la CDMX, se ha dado a la tarea de difundir los proyectos más ambiciosos de jóvenes estudiantes, destacados profesionistas en el ramo y célebres despachos arquitectónicos para establecer diálogos entre la cultura, la academia y el emprendimiento, subsanando viejas heridas y omisiones entorno a la praxis de la construcción.
¿El gusto por tu disciplina artística fue innata o encontrada?
Recuerdo mucho de niño cuando un profesor en el colegio nos preguntó: “¿Qué fue lo primero que descubrió el hombre: el fuego, la rueda o la vivienda?”. Cada quien arrojó una idea, pero al final él nos convenció que la necesidad de tener donde guarecerse de noche y privarse del frío originó el concepto de cueva, el cual evolucionó hasta lo que hoy entendemos por casa, hogar y habitación, tres palabras que parecen sinónimos, pero no lo son. Cada una representa un nivel de residencia en función al desarrollo material, espiritual y personal de los moradores.
¿Cómo respondió tu entorno a esta voz interior?
Con agrado. La arquitectura es un noble oficio que se vale de muchas áreas para su esplendor.
¿Cuáles han sido los sinsabores y alegrías de tu profesión?
Ver que existen muchas personas irresponsables en puestos de autoridad que no hacen nada por crear y brindar viviendas dignas y decorosas a la población más vulnerable. Además, de momento me preocupa mucho que la juventud no tiene acceso a crear su patrimonio, debido a la burbuja inmobiliaria pensada para sofocar a las nuevas familias y profesionistas a la hora de afincar su porvenir.
¿Recomendarías tu oficio a otros?
Creo firmemente que hoy los individuos deberíamos profesar varias artes a la vez. Eso nos haría sentirnos más completos en relación con nuestros sueños. Mi carrera me dio el impulso para hacerme camino, pero ser editor me lo ha ofrecido todo. Construir un medio propio con visión integradora ha sido un privilegio y una responsabilidad enorme.
¿Qué hubieras hecho diferente, de ser posible, en tu arte?
Me habría encantado dedicar más tiempo a la enseñanza. Educar es una forma de hacer servicio.
Oasis sobre lienzos
KARIAN AMAYA
Pintora
Cuando se trata de romper el molde, la artista multidisciplinaria originaria de Chihuahua, Karian Amaya, destaca de forma prominente al presentar obra en las mejores salas de arte de México y el mundo, como son el Museo Tamayo en la CDMX o La Salita, New York, EUA, presentando el paisaje desértico de maneras tan suntuosas como sencillas, donde –por medio de perspectivas deli- cadas en bronce y mármol– la joven narra la fragilidad y la vastedad de la mirada más allá del sol entre las dunas a través de formas puras: el círculo y la línea.
¿El gusto por tu disciplina artística fue innata o encontrada?
Un poco de ambas. El paisaje desértico del Norte de México y Sur de Estados Unidos me marcaron a muy temprana edad, impulsándome a querer hacer algo con ello.
¿Cómo respondió tu entorno a esta voz interior?
Como toda buena familia tradicional mexicana, la pregunta obvia es: “¿De qué vas a vivir si del arte no se puede comer?”. Por sí mismo no, el arte sin estudio, meditación y transformación continua es uno que se estanca y vicia. Por ello, mi forma de combatir los comentarios de preocupación de mi entorno fue tomando la mayor cantidad de acreditaciones posibles. Siempre supe que si hacía las cosas con pasión, jamás faltaría pan sobre mi mesa o techo sobre mi cabeza.
¿Cuáles han sido los sinsabores y alegrías de tu profesión?
Sin duda, me quedo con los aprendizajes. Como autor te aventuras a enfrentar muchas cosas: rechazo, cuestionamiento o falta de público para tu obra. Pero ello te impulsa, porque se habilita una función de supervivencia en ti, en la cual, como dijo Picasso, “La inspiración existe, pero te tiene que encontrar trabajando”. La gratuidad no existe.
¿Recomendarías tu oficio a otros?
Es duro, pero la cantidad de gente genial que conoces vale la pena todo lo que se batalla en el camino. Ser artista desde cero requiere mucho temple, porque no solo por principio es costoso, sino que te expones a tus propios miedos y dudas. Eso no sucede en profesiones como la actuaria o cualquier otra menos demandante, intelectual y psicológicamente hablando.
¿Qué hubieras hecho diferente de ser posible en tu arte?
Me habría encantado haber recibido una apreciación artística más completa cuando era niña y adolescente. El acceso a la cultura es muy limitado fuera de las grandes ciudades; siempre debes salir de tu poblado para presenciar grandes obras o documentarte al respecto. Naturalmente, no todo es responsabilidad de las autoridades, pero parte de que existan más interesados por estas disciplinas comienza sabiendo que existen y están disponibles en tu área geográfica.
Luminaria terrenal
ERIKA DE LA ROSA
Intérprete
Considerada por la audiencia latinoamericana como una de las actrices mexicanas más interesantes de su generación, Erika de la Rosa nos ha sorprendido con algunas de los melodramas y series latinas más inquie- tantes del celuloide al participar en Cinco mujeres usando el mismo ves- tido, ¿Qué le dijiste a Dios?, o Bajo el mismo cielo. En cualquier caso, a pesar de su rutilante trayectoria, de la Rosa no desaira ninguna oportu- nidad para desempeñarse como histriona; lo mismo aparece en come- dias ligeras proyectadas en plataformas digitales que en melodramas televisivos o puestas en escena sumamente exigentes, dramáticamente hablando, haciendo que cualquier libreto y elenco destaque por completo.
¿El gusto por tu disciplina artística fue innata o encontrada?
Construida y trabajada. Y lo sigo reiterando, la disciplina es básica para actuar, para dejarse dirigir, para ser una compañera generosa, para tener la humildad de aprender y desaprender en cada ensayo o función.
¿Cómo respondió tu entorno a esta voz interior?
Por fortuna, mi familia siempre arropó mi decisión vocacional. Mis amigos estuvieron ahí para darme ánimos en las buenas y en las malas; siempre me he sentido apoyada por todos mis seres queridos, cuyas personas a lo largo de mi carrera se han hecho presentes siendo mi mejor porra y audiencia incondicional, y estoy muy agradecida por ello.
¿Cuáles han sido los sinsabores y alegrías de tu profesión?
Como toda profesión, siempre habrá detalles que no nos encanten de nuestro día a día, pero el sinsabor más constante serán los rechazos. No quedarte un casting o proyecto deseado son algunos de los aspectos más amargos del histrionismo. Sin embargo, el fracaso te motiva a ser tu mejor versión y seguir intentando más fuerte. Existen muchos recuerdos y alegrías a lo largo de este hermoso camino que he recorrido, pero uno de los que más atesoro es la gente maravillosa que he tenido la oportunidad de conocer y admirar a lo largo del maravilloso trayecto en el cual he construido una nueva familia.
¿Recomendarías tu oficio a otros?
Si esta es tu pasión y tienes estómago fuerte, ¡sí! Recordemos que el rechazo nos afecta anímicamente, pero si eres constante y te sigues preparando, puedes superarlo y desarrollar una piel gruesa que te permita seguir enfocado y alcanzar tus metas. No obstante, para toda persona, sin importar su profesión, debe aprender que es el rechazo hacia tu trabajo y no hacia tu persona.
¿Qué hubieras hecho diferente, de ser posible, en tu arte?
Ser más atrevida e impulsiva. Dejar de pensar y analizar tanto el qué dirán y lanzarme a por ello. ★
Fotografías cortesía
Alguna vez, el escritor de ciencia ficción e historiador ruso-estadounidense Isaac Asimov, expresó –para el diario Chicago Tribune– que la única ruta para poder ser feliz en esta existencia es no desear ser alguien más en otro lugar haciendo algo diferente, situación que pocas personas podemos darnos el lujo a lo largo de nuestra trayectoria vital, pues una parte tan inherente como dolorosa entre los seres humanos es imaginarse mundos y realidades utópicas (o distópicas) donde experimentamos otros contextos más inquietantes, así como excitantes.
No obstante, ese ser llamado creador, como lo son las personas entregadas a las múltiples disciplinas –manifiestas en las siete bellas artes: danza, arquitectura, escultura, cine, pintura, música y literatura–, nos acerca con su presencia y propuestas a escenarios inasibles, así como extraordinarios, des- de los cuales podemos entender y reflexionar todas las posibilidades en la vastedad de nuestro espíritu como humanos.
Las artes nos brindan soluciones a lo que no podemos explicar. Su aparición pudiera ser interpretada como un chispazo colosal que nos permite trascender a la muerte y al tiempo.
Por ello, el trabajo del artista es incalculable; ofrece algo más que goce estético. Es un obsequio imperecedero que nos permite sobrellevar los misterios de la vida.
Feroz
FELA DOMÍNGUEZ
Actriz y cantante
Una de las grandes revelaciones de los últimos años es la cantante Ofelia Domínguez Guzmán, mejor conocida como Fela Domínguez, cuyas raíces cubanas y veracruzanas nos remiten a la legendaria Toña La Negra, una de las voces más atractivas durante el periodo del cine mexicano de oro y la estación de radio XEW, en el pasado siglo XX. Domínguez, al igual que su otrora homóloga, nos ha robado el corazón con sus interpretaciones de clásicos como “Historia de un amor”, acompañada de músicos al estilo Big Bands. No obstante, Fela goza de un repertorio musical amplísimo que abarca composiciones de cámara y conservatorio hasta la vertiente más pop, donde ha realizado duetos con el astro mexicano Carlos Rivera y las divas de Pandora (María Fernanda Meade y las hermanas María Isabel y María Teresa Lascuráin). Además, Fela ha sido participante de La Voz España y el Rey León, en las cuales dejó manifiestas sus cualidades para traer a la vida a Whitney Houston y a Nala (personaje de la ficción de Disney).
¿El gusto por tu disciplina artística fue innata o encontrada?
Fue algo natural, ya que todos en mi familia son músicos, lo cual fue un alivio porque entienden perfectamente mi pasión por este arte.
¿Cómo respondió tu entorno a esta voz interior?
Muy generosamente, no dudaron en apoyarme ni un segundo tanto familiares y amigos, algo indispensable para poder formarte con disciplina y pasión.
¿Cuáles han sido los sinsabores y alegrías de tu profesión?
El rechazo y el encasillamiento en lo que suena en ese momento para poder llegar más rápido a un mayor público son de los aspectos más amargos de mi carrera. Pero en cuanto a las alegrías, estas suceden al instante, cada vez que se está arriba de los escenarios haciendo lo que mejor sabes profesar.
¿Recomendarías tu oficio a otros?
Si no te resulta intimidante estar frente a cientos y miles de ojos observándote, definitivamente no. Creo que cada profesión tienes que amarla completamente y estar dispuesto a entender que toda área tiene sus complicaciones y aún así no renunciar a ella.
¿Qué hubieras hecho diferente, de ser posible, en tu arte?
Habría disfrutado mucho más el instante sin pensar en el qué dirán. En algunos proyectos, cuando era más chica, el miedo a equivocarme me drenaba evitando que saboreara lo que hacía.
Voz insigne
GUADALUPE PINEDA
Cantante
Con casi cinco décadas de carrera musical en los mejores escenarios del mundo Guadalupe Pineda, es un portento de la balada mexicana en su máxima expresión. Aunque la socióloga de formación, siempre se ha ma- ravillado por los estudios sobre los procesos de vida en las agrupaciones humanas e institucionales, fue el placer por la música y el poder de esta sobre la audiencia, lo que la llevó a conocer toda clase de recintos. Desde sus primeras presentaciones en modestos cafés en su natal Guadalajara, hasta su consagración como intérprete al cantar en Notre-Dame y el Museo Louvre en París para cientos de personas. No obstante, Pineda no se con- forma con los éxitos del pasado, sino que continuamente añade repertorio y millas musicales a su trayectoria al alternar su bel canto con personalidades diversas como la banda de rock mexicana Café Tacvuba, el cantante grupero mexico-estadounidense Lupillo Rivera o la soprano italiana Filippa Giordano, demostrando su versatilidad a la hora de adaptarse a los tablados y elencos.
¿El gusto por tu disciplina artística fue innata o encontrada?
Un poco de ambas. Ya que en mi familia corre la vena artística por parte del lado materno, a la par de que desde muy pequeña me gustaba cantar y vestirme especial para ello.
¿Cómo respondió tu entorno a esta voz interior?
Fueron totalmente cómplices. Me cobijaron desde el primer momento, pues en mi casa hay cantantes profesionales como Antonio y Pepe Aguilar. Por otra parte, a pesar de que mi madre no se dedicaba a la interpretación ella tenía una voz hermosa que siempre la compartía con todos nosotros, ello me animó a buscar una carrera en el canto.
¿Cuáles han sido los sinsabores y alegrías de tu profesión?
En todas las profesiones hay un grado de complejidad. Sin embargo, mi balance siempre ha sido positivo, recuerdo un periodo de 10 años tocando puertas para que alguien quisiera grabar con mi voz la música en la que yo creía teniendo muchas veces un ‘No’ por respuesta. No obstante todo ello me forjó carácter que se ve reflejado con creces cuando el público corea mis canciones o me brinda demostraciones de afecto.
¿Recomendarías tu oficio a otros?
Sí, pero que lo fundamenten sobre la ciencia. En mi caso, teorías como la de nudos y cuerdas me han dado grandes dosis de iluminación para aplicar sobre mi trabajo. Voltear a ver áreas opuestas a las nuestras, aportan grandes soluciones a incógnitas de la mente y el corazón. Finalmente, un consejo trivial, pero nada fuera de lugar: aliméntense bien. Puede sonar tonto, pero no dar los correctos nutrientes al cuerpo puede ocasionar perdidas y sufrimientos innecesarios, como son fatiga, ansiedad y debilidad. Pensar e imaginar consume mucha energía, como labrar la tierra, por ello comer adecuadamente es prioridad.
¿Qué hubieras hecho diferente, de ser posible, en tu arte?
No hubiera cambiado nada de cómo ocurrieron las cosas en mi camino; porque cada instante de lucha, me dio la fortaleza para seguir andando. Dándome la razón de que estoy en el camino correcto.
Formas caprichosas
SEBASTIÁN
Escultor
Cuando Enrique Carvajal adoptó el nombre artístico de “Sebastián” a finales de los años 60, lo hizo atendiendo los comentarios de profesores y periodis- tas, quienes en repetidas ocasiones lo compararon con diferentes figuras nombradas de ese modo, desde el pintor español Sebastián Muñoz, hasta la reproducciones incontables del tormento de San Sebastián, optando por tomar tal seudónimo. Desde entonces, el egresado de la academia de San Ildefonso ha realizado más de 120 exposiciones individuales en Europa y Asía, siendo Japón el país qué más cálidamente han recibido sus esculturas monumentales, destinando un lugar especial para sus piezas a un lado del Palacio Imperial de Tokio. Desde entonces y a la fecha, el nativo de Camargo Chihuahua se ha dedicado a reinventar la plástica mexicana por todo lo alto.
¿El gusto por tu disciplina artística fue innata o encontrada?
Siempre me ha encantado intervenir e interpretar las cosas desde otros ángulos.
¿Cómo respondió tu entorno a esta voz interior?
Mi pueblito (Camargo), es cuna de varios artistas importantes para México, desde un David Álfaro Siqueiros hasta una Lucha Villa; es un lugar donde fácilmente la inspiración se cruza con cada uno de sus habitantes. A pesar de no haber propiamente escuelas de arte para todos aquellos interesados en estás disciplinas, las personas gozan de forma natural sobre ‘el cómo hacer las cosas’, que es de algún modo resulta interesante y atractivo.
¿Cuáles han sido los sinsabores y alegrías de tu profesión?
Creo que el hecho de que no valoren tus ideas o las malinterpreten son unas de las más grandes tragedias y decepciones que cualquier persona que se dedique a la gestión creativa puede experimentar. En cuanto a la dicha que genera dedicarse al arte implica ver tus piezas cobrar vida y empezar su recorrido solas es de lo más emocionante que puede sucederte como autor.
¿Recomendarías tu oficio a otros?
Sí, pero que lo fundamenten sobre la ciencia. En mi caso teorías como la de nudos y cuerdas, me han dado grandes dosis de iluminación, para aplicar sobre mi trabajo. Voltear a ver áreas opuestas a las nuestras, aportan grandes soluciones a incógnitas de la mente y el corazón. Finalmente un consejo trivial, pero nada fuera de lugar: alimentense bien. Puede sonar tonto, pero no dar los correctos nutrientes al cuerpo, puede ocasionar perdidas y sufrimientos innecesarios como son fatiga, ansiedad y debilidad; pensar e imaginar consume mucha energía como labrar la tierra, por ello comer adecuadamente es prioridad.
La ménade mexicana
ELISA CARRILLO
Bailarina
Originaria de Texcoco y ganadora del Benois de la Danse en 2019, Elisa Carrillo ha puesto en el mapa el nivel de danza que nuestro país es capaz de ofrecer mediante su dignísimo porte y gráciles movimientos, siendo ovacionada de pie en algunos de los principales teatros del mundo, como son la Scala de Milán y el Bolshói en Moscú, por mencionar algunos. Allí, la prima ballerina de la compañía de danza Staatsballett Berlín ha demostrado con creces que el destino se forja mediante el rigor, pues quien desconozca esta disciplina debe saber que en cada giro se deja el alma.
¿El gusto por tu disciplina artística fue innata o encontrada?
Mi contexto de familia es muy modesto. Dedicarme al ballet, como lo he conseguido, era algo inimaginable. No obstante, la música la llevaba por dentro y lo más natural fue dejar correr el ritmo que fluye por mis venas a través de la danza.
¿Cómo respondió tu entorno a esta voz interior?
Con miedo. Creían en mí, pero no en esta profesión. Aún hoy, a pesar de los premios y la fama que pueden otorgar pertenecer a grandes compañías, la gente sigue desconfiando. Solo me queda decirles a todos aquellos que tienen esta curiosidad por la danza, que no se cansen de intentar, caer, levantarse y emprender vuelo; ese es el compás de la vida.
¿Cuáles han sido los sinsabores y alegrías de tu profesión?
Cuando era joven, para cubrir los entrenamientos, mi familia y yo muchas veces dejamos de tener lo más esencial en la casa. Eso mismo me motivó a ser firme a desgastar las zapatillas haciéndolo no bien, sino excelentemente.
¿Recomendarías tu oficio a otros?
Desde luego que sí, pero se requiere de mucha entrega y precisión para prosperar en este medio. Supongo que cualquiera puede decir lo mismo de su profesión (risas).
¿Qué hubieras hecho diferente, de ser posible, en tu arte?
Estoy contenta con mis elecciones, cada una de ellas me colocó hasta donde me encuentro. Humildemente, puedo decir que el universo ha sido infinitamente generoso conmigo.
La buena prensa
LAURA LINARES
Escritora
Alguna vez, el periodista y antropólogo chileno Ernesto Montenegro escribió: “Busca en la tierra tu pan y en los libros tu libertad”. Dardos más certeros no ha habido, pues todo aquel que desee echar andar la maquinaria de la imaginación, debe nutrir con raíces espirituales y terrenales la inventiva pos- terior. Fue el caso de Laura Linares, escritora, empresaria cultural y entusiasta de la buena mesa que la llevó a recorrer los senderos más escarpados entre Venezuela y México, haciendo de la CDMX su nuevo hogar, lugar desde el cual labora en la librería feminista U-Tópicas y Conuco, una huerta plagada de saberes y sabores donde se arropa al nuevo talento a cambio de letras nobles.
¿El gusto por tu disciplina artística fue innata o encontrada?
Más que una u otra, es un gusto heredado. Mi padre se formó en el mundo de la literatura, pero ejerció como profesor de comunicación social, mientras que mi madre –además de ser gran lectora– se dedicó toda su vida a la bibliotecología. De manera que mi entorno fue muy positivo para que germinara en mí la pasión por los libros y la libertad de expresión.
¿Cómo respondió tu entorno a esta voz interior?
Afortunadamente, de muy buen modo. El único consejo que me dio mi padre fue que hiciera de mi pasión mi ingreso. El paso por la parcela familiar en el estado Táchira, Venezuela, me dio la oportunidad de disfrutar por igual de la comida y escritura a temprana edad. El campo purifica la mente con el sudor de la frente, mientras que la recolección de la cosecha calibra la mano con la poesía de los animales de fondo.
¿Cuáles han sido los sinsabores y alegrías de tu profesión?
Encontrar una manera digna para vivir dedicándose a lo que elegimos, siempre nos pone meditar sobre si se escogió el camino correcto o no. Las autocomprobaciones son inevitables cuando contrastamos los éxitos de otros con los propios, pero ¿qué sentido tiene hacerlo? ¡Ninguno! A trabajar más duro, no queda más. Pero uno de mis sueños más anhelados y alcanzados fue la presentación de mi libro El carrito venezolano, que escribí junto a mi mejor amigo, el cual trata de la cultura alimentaria industrializada en mi país. Ese logro lo fue todo para mí.
¿Recomendarías tu oficio a otros?
En mi caso, no tuve privilegios económicos ni una familia de abolengo con poderosos contactos, pero sí un hogar en donde se nos acunó rodeados de diversas expresiones artísticas. Ello me permitió conocer personas, lugares y objetos extraordinarios. Si a pesar de las carencias de tu entorno socioeconómico te empeñas en hacerte un nombre, no será fácil, pero es posible.
¿Qué hubieras hecho diferente, de ser posible, en tu arte?
Al intelectual se le romantiza, le adornan con falsos atributos de una vida de holgura y bohemia, cuando por lo general son las penurias creativas y económicas las que le rondan por su camino en general. De tal modo que me di a la tarea de aprender herramientas de gestión y administración financiera, para poder vivir de lo que me gusta sin morir en el intento. Además, yo le recomiendo a los que buscan hacer de esta ruta su patria, instruirse periódicamente y nunca escatimar en buenos libros, ya que ellos aportan soluciones en momentos de duda.
Construyendo públicos
MIQUEL ADRIÀ
Arquitecto
Nacido en Barcelona, España, Miquel Adrià le regaló a Hispanoamérica la revista especializada en arquitectura más importante de todas. El legendario editor de Arquine, domiciliado en la CDMX, se ha dado a la tarea de difundir los proyectos más ambiciosos de jóvenes estudiantes, destacados profesionistas en el ramo y célebres despachos arquitectónicos para establecer diálogos entre la cultura, la academia y el emprendimiento, subsanando viejas heridas y omisiones entorno a la praxis de la construcción.
¿El gusto por tu disciplina artística fue innata o encontrada?
Recuerdo mucho de niño cuando un profesor en el colegio nos preguntó: “¿Qué fue lo primero que descubrió el hombre: el fuego, la rueda o la vivienda?”. Cada quien arrojó una idea, pero al final él nos convenció que la necesidad de tener donde guarecerse de noche y privarse del frío originó el concepto de cueva, el cual evolucionó hasta lo que hoy entendemos por casa, hogar y habitación, tres palabras que parecen sinónimos, pero no lo son. Cada una representa un nivel de residencia en función al desarrollo material, espiritual y personal de los moradores.
¿Cómo respondió tu entorno a esta voz interior?
Con agrado. La arquitectura es un noble oficio que se vale de muchas áreas para su esplendor.
¿Cuáles han sido los sinsabores y alegrías de tu profesión?
Ver que existen muchas personas irresponsables en puestos de autoridad que no hacen nada por crear y brindar viviendas dignas y decorosas a la población más vulnerable. Además, de momento me preocupa mucho que la juventud no tiene acceso a crear su patrimonio, debido a la burbuja inmobiliaria pensada para sofocar a las nuevas familias y profesionistas a la hora de afincar su porvenir.
¿Recomendarías tu oficio a otros?
Creo firmemente que hoy los individuos deberíamos profesar varias artes a la vez. Eso nos haría sentirnos más completos en relación con nuestros sueños. Mi carrera me dio el impulso para hacerme camino, pero ser editor me lo ha ofrecido todo. Construir un medio propio con visión integradora ha sido un privilegio y una responsabilidad enorme.
¿Qué hubieras hecho diferente, de ser posible, en tu arte?
Me habría encantado dedicar más tiempo a la enseñanza. Educar es una forma de hacer servicio.
Oasis sobre lienzos
KARIAN AMAYA
Pintora
Cuando se trata de romper el molde, la artista multidisciplinaria originaria de Chihuahua, Karian Amaya, destaca de forma prominente al presentar obra en las mejores salas de arte de México y el mundo, como son el Museo Tamayo en la CDMX o La Salita, New York, EUA, presentando el paisaje desértico de maneras tan suntuosas como sencillas, donde –por medio de perspectivas deli- cadas en bronce y mármol– la joven narra la fragilidad y la vastedad de la mirada más allá del sol entre las dunas a través de formas puras: el círculo y la línea.
¿El gusto por tu disciplina artística fue innata o encontrada?
Un poco de ambas. El paisaje desértico del Norte de México y Sur de Estados Unidos me marcaron a muy temprana edad, impulsándome a querer hacer algo con ello.
¿Cómo respondió tu entorno a esta voz interior?
Como toda buena familia tradicional mexicana, la pregunta obvia es: “¿De qué vas a vivir si del arte no se puede comer?”. Por sí mismo no, el arte sin estudio, meditación y transformación continua es uno que se estanca y vicia. Por ello, mi forma de combatir los comentarios de preocupación de mi entorno fue tomando la mayor cantidad de acreditaciones posibles. Siempre supe que si hacía las cosas con pasión, jamás faltaría pan sobre mi mesa o techo sobre mi cabeza.
¿Cuáles han sido los sinsabores y alegrías de tu profesión?
Sin duda, me quedo con los aprendizajes. Como autor te aventuras a enfrentar muchas cosas: rechazo, cuestionamiento o falta de público para tu obra. Pero ello te impulsa, porque se habilita una función de supervivencia en ti, en la cual, como dijo Picasso, “La inspiración existe, pero te tiene que encontrar trabajando”. La gratuidad no existe.
¿Recomendarías tu oficio a otros?
Es duro, pero la cantidad de gente genial que conoces vale la pena todo lo que se batalla en el camino. Ser artista desde cero requiere mucho temple, porque no solo por principio es costoso, sino que te expones a tus propios miedos y dudas. Eso no sucede en profesiones como la actuaria o cualquier otra menos demandante, intelectual y psicológicamente hablando.
¿Qué hubieras hecho diferente de ser posible en tu arte?
Me habría encantado haber recibido una apreciación artística más completa cuando era niña y adolescente. El acceso a la cultura es muy limitado fuera de las grandes ciudades; siempre debes salir de tu poblado para presenciar grandes obras o documentarte al respecto. Naturalmente, no todo es responsabilidad de las autoridades, pero parte de que existan más interesados por estas disciplinas comienza sabiendo que existen y están disponibles en tu área geográfica.
Luminaria terrenal
ERIKA DE LA ROSA
Intérprete
Considerada por la audiencia latinoamericana como una de las actrices mexicanas más interesantes de su generación, Erika de la Rosa nos ha sorprendido con algunas de los melodramas y series latinas más inquie- tantes del celuloide al participar en Cinco mujeres usando el mismo ves- tido, ¿Qué le dijiste a Dios?, o Bajo el mismo cielo. En cualquier caso, a pesar de su rutilante trayectoria, de la Rosa no desaira ninguna oportu- nidad para desempeñarse como histriona; lo mismo aparece en come- dias ligeras proyectadas en plataformas digitales que en melodramas televisivos o puestas en escena sumamente exigentes, dramáticamente hablando, haciendo que cualquier libreto y elenco destaque por completo.
¿El gusto por tu disciplina artística fue innata o encontrada?
Construida y trabajada. Y lo sigo reiterando, la disciplina es básica para actuar, para dejarse dirigir, para ser una compañera generosa, para tener la humildad de aprender y desaprender en cada ensayo o función.
¿Cómo respondió tu entorno a esta voz interior?
Por fortuna, mi familia siempre arropó mi decisión vocacional. Mis amigos estuvieron ahí para darme ánimos en las buenas y en las malas; siempre me he sentido apoyada por todos mis seres queridos, cuyas personas a lo largo de mi carrera se han hecho presentes siendo mi mejor porra y audiencia incondicional, y estoy muy agradecida por ello.
¿Cuáles han sido los sinsabores y alegrías de tu profesión?
Como toda profesión, siempre habrá detalles que no nos encanten de nuestro día a día, pero el sinsabor más constante serán los rechazos. No quedarte un casting o proyecto deseado son algunos de los aspectos más amargos del histrionismo. Sin embargo, el fracaso te motiva a ser tu mejor versión y seguir intentando más fuerte. Existen muchos recuerdos y alegrías a lo largo de este hermoso camino que he recorrido, pero uno de los que más atesoro es la gente maravillosa que he tenido la oportunidad de conocer y admirar a lo largo del maravilloso trayecto en el cual he construido una nueva familia.
¿Recomendarías tu oficio a otros?
Si esta es tu pasión y tienes estómago fuerte, ¡sí! Recordemos que el rechazo nos afecta anímicamente, pero si eres constante y te sigues preparando, puedes superarlo y desarrollar una piel gruesa que te permita seguir enfocado y alcanzar tus metas. No obstante, para toda persona, sin importar su profesión, debe aprender que es el rechazo hacia tu trabajo y no hacia tu persona.
¿Qué hubieras hecho diferente, de ser posible, en tu arte?
Ser más atrevida e impulsiva. Dejar de pensar y analizar tanto el qué dirán y lanzarme a por ello. ★
Fotografías cortesía