Uno siempre sabe cuando está frente a algo o alguien que es valioso a la primera. Es el caso de la hermosa caraqueña Ariana Saavedra, actriz y modelo de diferentes series y películas como Educando a Nina, Veinteañera: divorciada y fantástica o La mujer del diablo, donde la joven de 26 años le ha impregnado chispa a la pantalla con su elegancia natural y buen rollo.
“Lo genial de ser una persona con tendencia evolutiva es que siempre puedes empezar desde cualquier lugar. yo antes quería ser miss venezuela, pero hoy se me antoja más ser psicóloga, mañana quizá empresaria. la vida va dictando”
★ Ariana Saavedra
Del Caribe a México
Su historia de migración pudiera ser la de cualquiera de nosotros que, deseando un porvenir mejor, sacrifica la patria, amistades y todo aquello que la arraiga, pero con la firme intención de llevar sus raíces ahí donde se lo propusiera. Conocedora de sus talentos, optó por una carrera en el mundo del cine y publicidad, donde sus rasgos delicados enamoran a la cámara en cuanto el shooter es pulsado, determinada a ser más que un rostro bonito.
A la venezolana no le gustan las cosas gratis. Cada mañana se levanta temprano para ir a múltiples castings, donde se le exija mucho a nivel dramatúrgico e intelectual; no obstante es agradecida y reconoce a quien le ha brindado su apoyo camino a la fama. “Es difícil ser extranjera en cualquier parte. Aprender de golpe las cosas a las que están habituados los demás, por ejemplo, las calles, los servicios, dependencias de gobierno, etcétera. Sin embargo, es parte de la aventura”, comenta la también feminista, admiradora de la escritora británica Virginia Woolf, reconociendo en la autora su capacidad de expresarse aún cuando todo esté en su contra y por más difícíl que parezca. “A las mujeres se nos exige ser perfectas y modestas. Si conoces de tu valor, eres considerada vanidosa o engreída, y –en cambio– se espera que sean otros los que describan lo que tú eres, sin ser una misma la dueña de sus virtudes”, señala Saavedra, quien desde niña es asidua concursante de certámenes de modelaje y actuación, pero que por unos cuantos centímetros no pudo aspirar a ser Miss Venezuela, reconoce divertidamente la intérprete.
No obstante, dejar Venezuela fue el principio de una transformación infinitamente enriquecedora, donde Ariana debió asumir nuevas responsabilidades, así como adquirir la ambición suficiente para llegar a las puertas de los Studios de Netflix o TV Azteca, donde la trigueña aprendió a modular su acento, ser persistente y resiliente a las críticas. “Cuando llegué a la Ciudad de México no tenía mucho dinero, de manera que debía conseguir varios llamados o asistir a tantas audiciones como me fuera posible para pagar la renta y alimentos. En ese momento, la bicicleta y la mochila fueron mis mejores aliados; con ellos pude trasladarme de un lugar a otro con varios cambios de ropa para interpretar una gran variedad de papeles”, narra alegremente Ariana, que además de tener una sonrisa preciosa, lo cuenta con gran satisfacción, debido a que el rechazo, la disciplina y la adaptación fueron el combustible para lo demás.
Las audiciones, el trabajo y el mundo interior
“Antes, yo era muy frágil me tomaba todo muy a pecho. Sí alguien me decía un comentario sobre mi trabajo o mi aspecto, era como si me atravesaran con una espada. Pero desde que empecé a tomar terapia hace cuatro años, comprendí que ser aprensiva y renuente a los límites, me iba hacer más daño, qué atenderme a tiempo”, admite Ariana, quien ahora vive una realidad más consciente, donde todo se le resbala, como a su nuevo personaje Gina, una joven con discapacidad motriz, pero con un gran ingenio ante las adversidades.
Y es que para aquellas personas que hayan puesto un pie en un set, sabrán que las miradas y los comentarios imponen. Sin embargo, al adquirir Saavedra mejores herramientas intrapersonales, su carrera despegó realmente. “Cuando una es joven piensa que, haciendo de todo, eventualmente te acercarás a tu meta. La realidad es que si no escuchas a tu voz interior y prestas atención a las señales del universo, difícilmente sucederá”, expresó con honestidad la musa de Maluma en el video Solo mía, gran aficionada por los ritmos latinos, como el reguetón y el pop en español, entre los que destaca a Yandel, Devendra Banhart o Natalia Lafourcade.
Poco a poco, Ariana va escalando peldaños en todos los sentidos, ganándose rápidamente el cariño y respeto de su escena al ser considerada para papeles, antes de que se anuncien en los castings. Actualmente se encuentra en pleno desarrollo de un personaje que muy probablemente proyectará aún más su carrera, pero esto es un secreto. Habrá que seguirle los pasos mientras vemos cómo crece escénica e individualmente la artista.
Frase de empoderamiento
“Respira conscientemente, tú no eres tus emociones”
Lectura obligada
El amante, de Marguerite Duras
Canción para una tarde cualquiera
“Imposible”, cover de Natalia Lafourcade con León Larregui, a la pieza clásica de Agustín Lara
Elemental del bolso
Bloqueador solar con color, La Roche Posay Anthelios Mineral One Crema
Ser latina en Norteamérica
Fiel a su esencia, Ariana goza de esa sensualidad tropical con la que es dotada la mayoría de las personas que viven en Centro y Suramérica: lenguaje cálido, gestos dulces, maneras amigables y sexualidad pletórica son algunos de los rasgos que caracterizan a los habitantes de lugares como Colombia, Venezuela, Honduras o Panamá, donde bailar pegadito, usar ropa diminuta y comunicarse libremente son el pan de cada día. “En mi país, como en otras latitudes de Latinoamérica, el erotismo es parte indispensable de la vida. Está en todo, en las frutas, las relaciones afectivas, el trabajo, la religión. Cualquier cosa se realiza con mucha pasión. De manera que cuando llegué a México, pese a compartir similitudes como el habla y el sentir, aquí son más reservados; ciertas cosas son mal vistas, como invitar a todos a tu casa sin conocerlos o hablar con mucha confianza”, afirma Saavedra, mientras suena de fondo “Hot Hands”, de Darius. Y continúa: “En México aprendí a ser más cautelosa con mis emociones y conductas. Descubrí que escuchando asertivamente, puedo aprender más de la cultura invisible para integrarme mejor”, añade Nava, quien también desea hacer proyectos en Europa, principalmente en España donde radica su padre.
“Norteamérica y el Mediterráneo son lugares que siempre me han atraído mucho, cada uno tiene su forma de hacer las cosas y en ambos sitios la feminidad se expresa grandilocuentemente. Por un lado está el peso del costumbrismo, mientras que –en la otra ala– el progresismo y liberación; son experiencias que como actor nutren mucho, ya que te aporta un mayor rango interpretativo”, finaliza Saavedra, siempre preparándose para contar nuevas y maravillosas historias. ★
Uno siempre sabe cuando está frente a algo o alguien que es valioso a la primera. Es el caso de la hermosa caraqueña Ariana Saavedra, actriz y modelo de diferentes series y películas como Educando a Nina, Veinteañera: divorciada y fantástica o La mujer del diablo, donde la joven de 26 años le ha impregnado chispa a la pantalla con su elegancia natural y buen rollo.
“Lo genial de ser una persona con tendencia evolutiva es que siempre puedes empezar desde cualquier lugar. yo antes quería ser miss venezuela, pero hoy se me antoja más ser psicóloga, mañana quizá empresaria. la vida va dictando”
★ Ariana Saavedra
Del Caribe a México
Su historia de migración pudiera ser la de cualquiera de nosotros que, deseando un porvenir mejor, sacrifica la patria, amistades y todo aquello que la arraiga, pero con la firme intención de llevar sus raíces ahí donde se lo propusiera. Conocedora de sus talentos, optó por una carrera en el mundo del cine y publicidad, donde sus rasgos delicados enamoran a la cámara en cuanto el shooter es pulsado, determinada a ser más que un rostro bonito.
A la venezolana no le gustan las cosas gratis. Cada mañana se levanta temprano para ir a múltiples castings, donde se le exija mucho a nivel dramatúrgico e intelectual; no obstante es agradecida y reconoce a quien le ha brindado su apoyo camino a la fama. “Es difícil ser extranjera en cualquier parte. Aprender de golpe las cosas a las que están habituados los demás, por ejemplo, las calles, los servicios, dependencias de gobierno, etcétera. Sin embargo, es parte de la aventura”, comenta la también feminista, admiradora de la escritora británica Virginia Woolf, reconociendo en la autora su capacidad de expresarse aún cuando todo esté en su contra y por más difícíl que parezca. “A las mujeres se nos exige ser perfectas y modestas. Si conoces de tu valor, eres considerada vanidosa o engreída, y –en cambio– se espera que sean otros los que describan lo que tú eres, sin ser una misma la dueña de sus virtudes”, señala Saavedra, quien desde niña es asidua concursante de certámenes de modelaje y actuación, pero que por unos cuantos centímetros no pudo aspirar a ser Miss Venezuela, reconoce divertidamente la intérprete.
No obstante, dejar Venezuela fue el principio de una transformación infinitamente enriquecedora, donde Ariana debió asumir nuevas responsabilidades, así como adquirir la ambición suficiente para llegar a las puertas de los Studios de Netflix o TV Azteca, donde la trigueña aprendió a modular su acento, ser persistente y resiliente a las críticas. “Cuando llegué a la Ciudad de México no tenía mucho dinero, de manera que debía conseguir varios llamados o asistir a tantas audiciones como me fuera posible para pagar la renta y alimentos. En ese momento, la bicicleta y la mochila fueron mis mejores aliados; con ellos pude trasladarme de un lugar a otro con varios cambios de ropa para interpretar una gran variedad de papeles”, narra alegremente Ariana, que además de tener una sonrisa preciosa, lo cuenta con gran satisfacción, debido a que el rechazo, la disciplina y la adaptación fueron el combustible para lo demás.
Las audiciones, el trabajo y el mundo interior
“Antes, yo era muy frágil me tomaba todo muy a pecho. Sí alguien me decía un comentario sobre mi trabajo o mi aspecto, era como si me atravesaran con una espada. Pero desde que empecé a tomar terapia hace cuatro años, comprendí que ser aprensiva y renuente a los límites, me iba hacer más daño, qué atenderme a tiempo”, admite Ariana, quien ahora vive una realidad más consciente, donde todo se le resbala, como a su nuevo personaje Gina, una joven con discapacidad motriz, pero con un gran ingenio ante las adversidades.
Y es que para aquellas personas que hayan puesto un pie en un set, sabrán que las miradas y los comentarios imponen. Sin embargo, al adquirir Saavedra mejores herramientas intrapersonales, su carrera despegó realmente. “Cuando una es joven piensa que, haciendo de todo, eventualmente te acercarás a tu meta. La realidad es que si no escuchas a tu voz interior y prestas atención a las señales del universo, difícilmente sucederá”, expresó con honestidad la musa de Maluma en el video Solo mía, gran aficionada por los ritmos latinos, como el reguetón y el pop en español, entre los que destaca a Yandel, Devendra Banhart o Natalia Lafourcade.
Poco a poco, Ariana va escalando peldaños en todos los sentidos, ganándose rápidamente el cariño y respeto de su escena al ser considerada para papeles, antes de que se anuncien en los castings. Actualmente se encuentra en pleno desarrollo de un personaje que muy probablemente proyectará aún más su carrera, pero esto es un secreto. Habrá que seguirle los pasos mientras vemos cómo crece escénica e individualmente la artista.
Frase de empoderamiento
“Respira conscientemente, tú no eres tus emociones”
Lectura obligada
El amante, de Marguerite Duras
Canción para una tarde cualquiera
“Imposible”, cover de Natalia Lafourcade con León Larregui, a la pieza clásica de Agustín Lara
Elemental del bolso
Bloqueador solar con color, La Roche Posay Anthelios Mineral One Crema
Ser latina en Norteamérica
Fiel a su esencia, Ariana goza de esa sensualidad tropical con la que es dotada la mayoría de las personas que viven en Centro y Suramérica: lenguaje cálido, gestos dulces, maneras amigables y sexualidad pletórica son algunos de los rasgos que caracterizan a los habitantes de lugares como Colombia, Venezuela, Honduras o Panamá, donde bailar pegadito, usar ropa diminuta y comunicarse libremente son el pan de cada día. “En mi país, como en otras latitudes de Latinoamérica, el erotismo es parte indispensable de la vida. Está en todo, en las frutas, las relaciones afectivas, el trabajo, la religión. Cualquier cosa se realiza con mucha pasión. De manera que cuando llegué a México, pese a compartir similitudes como el habla y el sentir, aquí son más reservados; ciertas cosas son mal vistas, como invitar a todos a tu casa sin conocerlos o hablar con mucha confianza”, afirma Saavedra, mientras suena de fondo “Hot Hands”, de Darius. Y continúa: “En México aprendí a ser más cautelosa con mis emociones y conductas. Descubrí que escuchando asertivamente, puedo aprender más de la cultura invisible para integrarme mejor”, añade Nava, quien también desea hacer proyectos en Europa, principalmente en España donde radica su padre.
“Norteamérica y el Mediterráneo son lugares que siempre me han atraído mucho, cada uno tiene su forma de hacer las cosas y en ambos sitios la feminidad se expresa grandilocuentemente. Por un lado está el peso del costumbrismo, mientras que –en la otra ala– el progresismo y liberación; son experiencias que como actor nutren mucho, ya que te aporta un mayor rango interpretativo”, finaliza Saavedra, siempre preparándose para contar nuevas y maravillosas historias. ★