En torno a la figura de la mujer existen muchas creencias, juicios y expectativas. Como género hemos “luchado” (este verbo del que no es recomendable abusar), por recuperar espacios profesionales y demostrar nuestras capacidades de liderazgo, toma de decisiones, de pensamiento analítico, que durante tantos años se creyó que no poseíamos.
Durante un tiempo, los medios de comunicación y los distintos productos culturales replicaron estos modelos tradicionales de feminidad donde la posibilidad de trascender estaba centrada en la belleza física de la mujer, su inocencia e ingenuidad, amabilidad y una actitud de víctima permanente.
Por fortuna, ahora encontramos a más figuras femeninas desempeñando distintos roles; sin embargo, cuando se habla de la mujer exitosa (entendida como quien desempeña un cargo importante, que implique reflectores, fuertes compromisos y una gran inversión de tiempo), la descripción de su personalidad cae en el cliché de la prepotencia, insensibilidad y la vida familiar y social destrozada.
Como ejemplos tenemos a Miranda Presley (Meryl Streep) de ‘The Devil Wears Prada’, Annalise Keating (Viola Davis) de ‘How To Get Away With Murder’, Sylvie (Philippine Leroy-Beaulieu) de ‘Emily in Paris’, y Claire Underwood (Robin Wright) de ‘The House of Cards’.
¿El común denominador?
Mujeres inteligentes, preparadas, con años de dedicación, trabajo y entrega; comprometidas con un proyecto, con familia de la que hablan poco, parejas a las que difícilmente ven y un temor gigantesco al cambio.
“Los hombres quieren ser los admirados y no los admiradores”
★ Antoni Bolinches, psicólogo clínico y terapeuta de pareja
Hay otras mujeres que se han entregado tanto al trabajo dentro de una cultura aún machista que generan una sacudida social difícil de digerir, como la imagen que representa Anne Hathaway en su personaje de Jules Ostin, en ‘The Intern’.
La psicoterapeuta Teresa Díaz Sendra, también cita a Antoni Bolinches al hablar de por qué es tan difícil construir parejas heterosexuales sanas en la actualidad. “Los hombres buscan mujeres que ya no existen y las mujeres buscan hombres que todavía no existen”. Y es que muchas mujeres ya no están dispuestas a entrar en relaciones autoritarias, donde tienes que renunciar a tu identidad y proyecto de vida por seguir el de alguien más; mientras que los hombres no entienden el proceso que vive el género, solo observan lo que para ellos es un momento de rebeldía y no terminan de dar ese paso para que, tanto hombres como mujeres, se puedan encontrar.
★★★ ¿Son mujeres malas? o ¿será que el éxito profesional de una mujer tiene
un costo muy alto? ★★★
El psicólogo y terapeuta de pareja Antoni Bolinches escribe en su ensayo ‘El síndrome de las supermujeres’, que una gran parte de quienes socialmente se consideran exitosas se acostumbran a vivir en solitario su etapa de esplendor profesional; distinto a la forma en que los hombres experimentan su crecimiento, ya que, por lo general, buscan estar acompañados. Ellos no necesitan invertir mucho tiempo en una relación. Es más, esa imagen de estar siempre ocupado en asuntos laborales es interpretada por sus parejas como una señal de compromiso… ustedes díganme si una mujer que trabaje “demasiado” es bien vista por la suegra, las cuñadas, y la propia pareja. De la mujer mayoritariamente se espera que sea acompañante, no compañera.
Bolinches define que las características positivas de una mujer que reafirman su seguridad y autorrealización, dificultan su posibilidad de encontrar pareja.
Y tú, ¿has pensado que las mujeres exitosas “son malas”? ★
Fotografías: cortesía Fox, Netflix & Warner Bro’s
En torno a la figura de la mujer existen muchas creencias, juicios y expectativas. Como género hemos “luchado” (este verbo del que no es recomendable abusar), por recuperar espacios profesionales y demostrar nuestras capacidades de liderazgo, toma de decisiones, de pensamiento analítico, que durante tantos años se creyó que no poseíamos.
Durante un tiempo, los medios de comunicación y los distintos productos culturales replicaron estos modelos tradicionales de feminidad donde la posibilidad de trascender estaba centrada en la belleza física de la mujer, su inocencia e ingenuidad, amabilidad y una actitud de víctima permanente.
Por fortuna, ahora encontramos a más figuras femeninas desempeñando distintos roles; sin embargo, cuando se habla de la mujer exitosa (entendida como quien desempeña un cargo importante, que implique reflectores, fuertes compromisos y una gran inversión de tiempo), la descripción de su personalidad cae en el cliché de la prepotencia, insensibilidad y la vida familiar y social destrozada.
Como ejemplos tenemos a Miranda Presley (Meryl Streep) de ‘The Devil Wears Prada’, Annalise Keating (Viola Davis) de ‘How To Get Away With Murder’, Sylvie (Philippine Leroy-Beaulieu) de ‘Emily in Paris’, y Claire Underwood (Robin Wright) de ‘The House of Cards’.
¿El común denominador?
Mujeres inteligentes, preparadas, con años de dedicación, trabajo y entrega; comprometidas con un proyecto, con familia de la que hablan poco, parejas a las que difícilmente ven y un temor gigantesco al cambio.
“Los hombres quieren ser los admirados y no los admiradores”
★ Antoni Bolinches, psicólogo clínico y terapeuta de pareja
Hay otras mujeres que se han entregado tanto al trabajo dentro de una cultura aún machista que generan una sacudida social difícil de digerir, como la imagen que representa Anne Hathaway en su personaje de Jules Ostin, en ‘The Intern’.
La psicoterapeuta Teresa Díaz Sendra, también cita a Antoni Bolinches al hablar de por qué es tan difícil construir parejas heterosexuales sanas en la actualidad. “Los hombres buscan mujeres que ya no existen y las mujeres buscan hombres que todavía no existen”. Y es que muchas mujeres ya no están dispuestas a entrar en relaciones autoritarias, donde tienes que renunciar a tu identidad y proyecto de vida por seguir el de alguien más; mientras que los hombres no entienden el proceso que vive el género, solo observan lo que para ellos es un momento de rebeldía y no terminan de dar ese paso para que, tanto hombres como mujeres, se puedan encontrar.
★★★ ¿Son mujeres malas? o ¿será que el éxito profesional de una mujer tiene
un costo muy alto? ★★★
El psicólogo y terapeuta de pareja Antoni Bolinches escribe en su ensayo ‘El síndrome de las supermujeres’, que una gran parte de quienes socialmente se consideran exitosas se acostumbran a vivir en solitario su etapa de esplendor profesional; distinto a la forma en que los hombres experimentan su crecimiento, ya que, por lo general, buscan estar acompañados. Ellos no necesitan invertir mucho tiempo en una relación. Es más, esa imagen de estar siempre ocupado en asuntos laborales es interpretada por sus parejas como una señal de compromiso… ustedes díganme si una mujer que trabaje “demasiado” es bien vista por la suegra, las cuñadas, y la propia pareja. De la mujer mayoritariamente se espera que sea acompañante, no compañera.
Bolinches define que las características positivas de una mujer que reafirman su seguridad y autorrealización, dificultan su posibilidad de encontrar pareja.
Y tú, ¿has pensado que las mujeres exitosas “son malas”? ★
Fotografías: cortesía Fox, Netflix & Warner Bro’s