Hoy vemos mujeres en las universidades, clínicas, consultorios, medios de comunicación, en los juzgados… pero no siempre fue así. Elegimos a partir de lo que conocemos, lo que percibimos por medio de nuestros sentidos; de ahí la importancia de ser puntero, de abrir camino y ampliar las posibilidades para quienes nos suceden.
El Día Mundial de la Mujer Médica se celebra el 11 de febrero como homenaje a la doctora inglesa Elizabeth Blackwell, la primera mujer en graduarse como médico en Estados Unidos.
★ El 26% de las mujeres mexicanas entre 25 y 35 años de edad cuentan con un título universitario, según el último estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)
Elizabeth eligió estudiar medicina por representar la forma más llamativa y disruptiva de demostrar que tenía las mismas capacidades de un hombre. Fue admitida en Geneva Medical College, en Nueva York, para en 1849 graduarse como la mejor de su clase.
El reto no terminó ahí, una vez terminado sus estudios la gente la tachaba de perversa por elegir un ambiente lleno de hombres y, peor aún, porque tenía que estar en contacto con el cuerpo humano.
Su género significó, los primeros años de su carrera, un obstáculo, no solo en el gremio si no en la sociedad, nadie quería ser atendido por una mujer. Años más tarde abrió la Clínica de Nueva York para Mujeres y Niños Indigentes en 1857. Mujeres atendiendo mujeres y niños indigentes… sonaba más aceptable.
Luego de sus múltiples esfuerzos por consolidar el papel de la mujer en el gremio, regresó a Inglaterra donde se dedicó a la defensa de la salud pública haciendo campañas contra enfermedades infecciosas que relegaban, por ejemplo, a las prostitutas en lugar de tratar a los hombres que las infectaban.
Elizabeth Blackwell fue, sin duda, una mujer diferente para su época, quien con el paso del tiempo, renunció a la idea de demostrar estar a la altura de cualquier hombre, sino que llevó su misión a la mejora de la salud pública basada en la prevención.
Y esta fue la primera vez que una mujer decidió estudiar lo que ella quería, sin pensar si era apto para mujeres… o no.
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Hoy vemos mujeres en las universidades, clínicas, consultorios, medios de comunicación, en los juzgados… pero no siempre fue así. Elegimos a partir de lo que conocemos, lo que percibimos por medio de nuestros sentidos; de ahí la importancia de ser puntero, de abrir camino y ampliar las posibilidades para quienes nos suceden.
El Día Mundial de la Mujer Médica se celebra el 11 de febrero como homenaje a la doctora inglesa Elizabeth Blackwell, la primera mujer en graduarse como médico en Estados Unidos.
★ El 26% de las mujeres mexicanas entre 25 y 35 años de edad cuentan con un título universitario, según el último estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)
Elizabeth eligió estudiar medicina por representar la forma más llamativa y disruptiva de demostrar que tenía las mismas capacidades de un hombre. Fue admitida en Geneva Medical College, en Nueva York, para en 1849 graduarse como la mejor de su clase.
El reto no terminó ahí, una vez terminado sus estudios la gente la tachaba de perversa por elegir un ambiente lleno de hombres y, peor aún, porque tenía que estar en contacto con el cuerpo humano.
Su género significó, los primeros años de su carrera, un obstáculo, no solo en el gremio si no en la sociedad, nadie quería ser atendido por una mujer. Años más tarde abrió la Clínica de Nueva York para Mujeres y Niños Indigentes en 1857. Mujeres atendiendo mujeres y niños indigentes… sonaba más aceptable.
Luego de sus múltiples esfuerzos por consolidar el papel de la mujer en el gremio, regresó a Inglaterra donde se dedicó a la defensa de la salud pública haciendo campañas contra enfermedades infecciosas que relegaban, por ejemplo, a las prostitutas en lugar de tratar a los hombres que las infectaban.
Elizabeth Blackwell fue, sin duda, una mujer diferente para su época, quien con el paso del tiempo, renunció a la idea de demostrar estar a la altura de cualquier hombre, sino que llevó su misión a la mejora de la salud pública basada en la prevención.
Y esta fue la primera vez que una mujer decidió estudiar lo que ella quería, sin pensar si era apto para mujeres… o no.
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