Una mujer que ha plasmado con sus decisiones de vida, y los personajes que ha elegido interpretar, un modelo autónomo, libre, consciente y responsable de vivir su género en una industria que sexualiza, limita y reprime la voz de la mujer.
La conocimos como la niña sabelotodo que suele ser repudiada por sus compañeros de clase; ese personaje de cabello alborotado que, sin venir de una familia de magos, su talento, empeño y astucia la harían sobresalir y liderar de forma nata.
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En la entrega especial de la saga “Harry Potter: Regreso a Hogwarts”, en el año 2022, los directores y productores narraron cómo fue hacer el casting en Inglaterra luego de haberse publicado los libros de J.K. Rowling, y pudimos comprobar que Emma siempre fue Hermione. Ese personaje había sido escrito para ella.
Emma Watson nació en París, Francia, en 1990. Muy pequeña se trasladó con su familia a Inglaterra, convirtiéndose en actriz con tan solo nueve años de edad. No solo deseaba dedicarse a la actuación; con el tiempo se descubrió apasionada de la literatura y la moda, comprometida con distintas causas sociales como la igualdad de género, el tema ambiental y la sostenibilidad.
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En 2014, la actriz fue nombrada Embajadora de la buena voluntad en ONU Mujeres por su labor en torno al empoderamiento de la mujer y por colaborar como defensora de la campaña “He for She” que fomenta la equidad de género.
Su primera aparición como representante de Naciones Unidas fue en 2015 cuando, con apenas 24 años de edad, ofreció un discurso sobre feminismo frente al secretario general de la organización:
“Me di cuenta que la lucha por los derechos de las mujeres se traducía en odio hacia los hombres; si hay algo que sé con certeza es que esto tiene que parar. El feminismo es la creencia de que mujeres y hombres tienen los mismos derechos y oportunidades; es la teoría de igualdad política, económica y social”
Además de actriz, Emma es licenciada en literatura inglesa. Exalta su amor por las letras con sus círculos de lectura y dinámicas en pro de la actividad que comparte en redes sociales y, por supuesto, con su interpretación de Bella en la adaptación del cuento de los hermanos Grimm “La bella y la bestia” en 2017… una princesa libre, valiente y amante de los libros. Watson se involucró en el diseño de vestuario de su personaje, decidiendo no usar corset, ni zapatillas de tacón; al contrario, vemos a una princesa con un vestido amarillo ligero y botas que le dan un sentido de independencia y empoderamiento.
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Desde 2020, Emma preside el Comité de Sostenibilidad del grupo Kering, propietario de marcas como Gucci, Yves Saint Laurent, Bottega Veneta y Balenciaga; buscando influir e impulsar vías de producción más respetuosas con el ambiente. Es un aspecto que, desde hace años, ha caracterizado a la actriz: utilizar piezas y marcas socialmente comprometidas, evitando la moda rápida y poniendo el acento en la saturación de residuos textiles.
Su cercanía en el mundo de la moda la ha llevado a no solo ser imagen de marcas con amplio reconocimiento y prestigio internacional, si no a dirigir campañas, como el lanzamiento de la fragancia Prada Paradoxe, que representa y celebra la multidimensionalidad y modernidad femenina. En las imágenes de la campaña vemos a Watson rompiendo con los arquetipos tradicionales de belleza, usando un corte de cabello estilo pixie que ya había utilizado en el año 2010.
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Es común que celebridades de talla internacional se vean inmersas en polémicas. En el caso de Emma Watson el reflector se ha puesto sobre ella principalmente por sus pronunciamientos en torno a las causas sociales que defiende; por ejemplo la entrega de los premios Bafta 2022 que se llevó a cabo en el Royal Albert Hall, de Londres, donde Emma presentó el premio a Mejor Película Británica. La anfitriona del evento, Rebel Wilson, la presentó como “bruja”, a lo que ella respondió: Estoy aquí por todas las brujas. Esto fue interpretado como una postura en contra del tweet que la autora de la saga de Harry Potter, J.K. Rowling, había compartido pocos meses atrás donde insinuaba que las mujeres transexuales no son mujeres; lo que, por supuesto, generó reacciones de la comunidad LGBT+, activistas y distintas organizaciones.
Hay un extracto de una entrevista de Watson donde habla de la presión que representa, para una mujer, llegar a los treinta años y no haber cumplido con las expectativas sociales como tener una casa, un esposo, un hijo o encontrarte en un momento extremadamente seguro y fructífero en tu carrera. La actriz reconoció que al llegar a esa década comenzó a sentirse ansiosa y estresada, que el simple hecho de seguir “resolviendo situaciones” le hacía sentir que no estaba alcanzando las metas que la sociedad impone. Creo que como mujeres debemos agradecer estos minutos de transparencia y honestidad de una figura que ha hecho mucho y ha roto con los estereotipos tan fabricados de la actriz que es hueca, la mujer que al ser bonita no puede ser inteligente, o la feminista radical que señala y juzga duramente a los hombres.
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Emma Watson ha aparecido en la pantalla grande, ha pronunciado discursos en foros internacionales, es licenciada en literatura inglesa, ha defendido las causas con las que comulga, es una mujer bellísima, poderosa e influyente y, a pesar de esa lista rápida, sigue existiendo en su mente que a los treinta años debería tener más construido. Esto nos deja un mensaje claro de la alta exigencia social y personal que como género nos hemos impuesto, que el tiempo es un camino de aprendizaje, no una carrera donde debamos levantar banderas.
El concepto de bruja ha ido transmutando. Pasó de definir a los personajes malvados, obscuros y verrugones de las películas y cuentos de hadas, para convertirse en símbolos del feminismo, representando mujeres sabias, libres, con la capacidad de emprender su propio vuelo… así como Emma Watson, una bruja para todas. ★
Fotografías: cortesía de las marcas y Getty Images
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Emma Watson ha aparecido en la pantalla grande, ha pronunciado discursos en foros internacionales, es licenciada en literatura inglesa, ha defendido las causas con las que comulga, es una mujer bellísima, poderosa e influyente y, a pesar de esa lista rápida, sigue existiendo en su mente que a los treinta años debería tener más construido. Esto nos deja un mensaje claro de la alta exigencia social y personal que como género nos hemos impuesto, que el tiempo es un camino de aprendizaje, no una carrera donde debamos levantar banderas.
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Fotografías: cortesía de las marcas y Getty Images
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