Mucho se oye decir que los millennials y centennials son generaciones poco comprometidas con sus deberes, que a la menor provocación se quejan y renuncian sin dar explicaciones, pero ¿conocemos sus motivos? De acuerdo a un estudio realizado recientemente por el Congreso de Chile sobre jornadas laborales y salud mental, los empleados no solo eran más productivos cuando pasaban menos horas en la oficina, sino que –genuinamente– eran plenos en todo lo demás.
“Cuando me preguntan los medios de comunicación por qué promovimos en la cámara de diputados una semana laboral de cuatro días, para mí fue muy sencillo respaldarlo. Recordé todas las veces que estuve sola en mi niñez, porque mis padres estaban trabajando más allá, de sol a sol, sin ánimos de convivir conmigo pese a que me amaban. Conforme crecí me sucedió lo mismo. Vivía el mito de Sísifo en carne propia. Levantarme temprano para ir a la oficina, permanecer ahí hasta que mis jefes dispusieran, sin que me dieran la remuneración correcta por horas extra, además de invisibilizar mis logros, aseverando que eran del equipo o de ellos mismos. Sé que no soy la única y que, como congresistas, sino protegemos a los jóvenes y su salud mental, de nada sirve tener más tecnología si la frustración y el hartazgo, son iguales que hace 100 años o más”, expresó Camila Vallejo, ministra de la Secretaría General de Gobierno del presidente chileno Gabriel Boric, sobre dimisión silenciosa, familia y bienestar individual.
Un día y un paso a la vez
Y aunque en México también se ha querido promover esa reforma laboral, aquí es otro cantar. No obstante, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el estrés laboral le cuesta al país alrededor de 40,000 millones de dólares al año, demostrando que el cansancio extenuante, generado por las empresas, sí repercute en términos de rentabilidad en sus ingresos mensuales y anuales.
En la otra mano, que la población económicamente activa cambie de trabajo constantemente puede ser un indicador de inestabilidad personal, advierte Simon Sinek, autor británico del exitoso libro Start with Why: How Great Leaders Inspire Everyone to Take Action Portfolio, donde –el también conferencista– añade que cuando ve solicitantes con más de tres empleos en el año en curso, para él es una advertencia muy clara de falta de compromiso. “Puedo entender que dejes un empleo porque no cumplió con la reglamentación del contrato, pero que te marches simplemente porque te aburriste o no era lo que esperabas, no solo es desleal con la empresa, sino injusto con los demás candidatos, ya que le quitaste la oportunidad a alguien que sí lo deseaba e incluso tenía más habilidades que tú. Con la renuncia silenciosa y la candidatura en masa a cualquier empleo perdemos todos por el gasto de recursos entre aplicaciones, capacitación y adaptación”, detalla Sinek, quien ha sido consultor para grandes trasnacionales y particulares a lo largo de 20 años.
De manera que antes de mandar solicitud a cualquier empresa, formula estas tres preguntas: ¿Es afín a mis intereses?, ¿me da orgullo trabajar ahí? y –finalmente– ¿qué les aporto con mi talento? Si no tuviste respuestas claras para tales interrogantes, quizá aún no debes apretar el botón send del correo.
Que no te gane la angustia económica
Le preguntamos a Marissa Romero, gerente de RH de seguros Axa, cómo debe de ser la búsqueda de trabajo antes de dejar una empresa o bien, si ya renunciaste, considera estos pasos:
★ Pule tu CV, no coloques todos los trabajos que has tenido, en especial si han sido muchos y por breve lapso de tiempo. Escoge los tres más representativos.
★ Consulta constantemente la bolsa de trabajo de tu vieja universidad o busca a tus ex colegas de trabajo y escuela, para ver si hay algo disponible y de tu agrado.
★ Destina al menos cuatro meses de tu sueldo antes de renunciar, para un fondo de desempleo, con el que puedas buscar con calma un trabajo más conveniente y no tomes cualquier opción por salir del paso.
★ Ofrece tus servicios vía freelancing en lo que te acomodas. Quizá hasta te vaya mejor trabajando por tu cuenta, solo aprende a poner límites, horarios y cobrar correctamente a través de un contrato. De este modo no te tomarán por sorpresa. ★
Mucho se oye decir que los millennials y centennials son generaciones poco comprometidas con sus deberes, que a la menor provocación se quejan y renuncian sin dar explicaciones, pero ¿conocemos sus motivos? De acuerdo a un estudio realizado recientemente por el Congreso de Chile sobre jornadas laborales y salud mental, los empleados no solo eran más productivos cuando pasaban menos horas en la oficina, sino que –genuinamente– eran plenos en todo lo demás.
“Cuando me preguntan los medios de comunicación por qué promovimos en la cámara de diputados una semana laboral de cuatro días, para mí fue muy sencillo respaldarlo. Recordé todas las veces que estuve sola en mi niñez, porque mis padres estaban trabajando más allá, de sol a sol, sin ánimos de convivir conmigo pese a que me amaban. Conforme crecí me sucedió lo mismo. Vivía el mito de Sísifo en carne propia. Levantarme temprano para ir a la oficina, permanecer ahí hasta que mis jefes dispusieran, sin que me dieran la remuneración correcta por horas extra, además de invisibilizar mis logros, aseverando que eran del equipo o de ellos mismos. Sé que no soy la única y que, como congresistas, sino protegemos a los jóvenes y su salud mental, de nada sirve tener más tecnología si la frustración y el hartazgo, son iguales que hace 100 años o más”, expresó Camila Vallejo, ministra de la Secretaría General de Gobierno del presidente chileno Gabriel Boric, sobre dimisión silenciosa, familia y bienestar individual.
Un día y un paso a la vez
Y aunque en México también se ha querido promover esa reforma laboral, aquí es otro cantar. No obstante, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el estrés laboral le cuesta al país alrededor de 40,000 millones de dólares al año, demostrando que el cansancio extenuante, generado por las empresas, sí repercute en términos de rentabilidad en sus ingresos mensuales y anuales.
En la otra mano, que la población económicamente activa cambie de trabajo constantemente puede ser un indicador de inestabilidad personal, advierte Simon Sinek, autor británico del exitoso libro Start with Why: How Great Leaders Inspire Everyone to Take Action Portfolio, donde –el también conferencista– añade que cuando ve solicitantes con más de tres empleos en el año en curso, para él es una advertencia muy clara de falta de compromiso. “Puedo entender que dejes un empleo porque no cumplió con la reglamentación del contrato, pero que te marches simplemente porque te aburriste o no era lo que esperabas, no solo es desleal con la empresa, sino injusto con los demás candidatos, ya que le quitaste la oportunidad a alguien que sí lo deseaba e incluso tenía más habilidades que tú. Con la renuncia silenciosa y la candidatura en masa a cualquier empleo perdemos todos por el gasto de recursos entre aplicaciones, capacitación y adaptación”, detalla Sinek, quien ha sido consultor para grandes trasnacionales y particulares a lo largo de 20 años.
De manera que antes de mandar solicitud a cualquier empresa, formula estas tres preguntas: ¿Es afín a mis intereses?, ¿me da orgullo trabajar ahí? y –finalmente– ¿qué les aporto con mi talento? Si no tuviste respuestas claras para tales interrogantes, quizá aún no debes apretar el botón send del correo.
Que no te gane la angustia económica
Le preguntamos a Marissa Romero, gerente de RH de seguros Axa, cómo debe de ser la búsqueda de trabajo antes de dejar una empresa o bien, si ya renunciaste, considera estos pasos:
★ Pule tu CV, no coloques todos los trabajos que has tenido, en especial si han sido muchos y por breve lapso de tiempo. Escoge los tres más representativos.
★ Consulta constantemente la bolsa de trabajo de tu vieja universidad o busca a tus ex colegas de trabajo y escuela, para ver si hay algo disponible y de tu agrado.
★ Destina al menos cuatro meses de tu sueldo antes de renunciar, para un fondo de desempleo, con el que puedas buscar con calma un trabajo más conveniente y no tomes cualquier opción por salir del paso.
★ Ofrece tus servicios vía freelancing en lo que te acomodas. Quizá hasta te vaya mejor trabajando por tu cuenta, solo aprende a poner límites, horarios y cobrar correctamente a través de un contrato. De este modo no te tomarán por sorpresa. ★