“Algunas personas causan felicidad ahí donde caminan, otras la proporcionan cuando se van”
★ Oscar Wilde
Lo que ocurre cuando convivimos con las denominadas personas tóxicas es que podemos presentar cambios de humor y agotamiento físico y mental. Un problema adicional se presenta cuando nos cuesta separarnos de esas personas que no nos hacen bien, pero ¡Ojo! El problema es propio y no ajeno.
[¿Insoportable, inflamada y adolorida?]
En una sociedad que vende la socialización, el estar siempre rodeados de personas y rechaza, en cierta medida, la soledad, preferimos perpetuar vínculos insanos que optar por momentos de paz sin compañía. Esto es aplicable a relaciones de pareja, familiares, pero también a relaciones de amistad.
Según la RAE, amistad es el afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona que nace y se fortalece con el trato.
[¿Vacuna contra el Virus del Papiloma Humano?]
Recuadro
¿Cuáles son las características de una buena amistad? Aquí 6 rasgos que denotan una buena amistad:
1. Se alegran por tus logros
2. Su relación es fluida; ninguno de los dos necesita forzarla
3. No está condicionada a etapas, subidas o bajadas
4. Es honesta, respetuosa y empática
5. Hay comunicación de ambas partes
6. Se aceptan y quieren como son
[¿Sientes que nunca dejas de trabajar?]
La psiquiatra Marian Rojas menciona en su libro ‘Encuentra a tu persona vitamina’ que las personas tóxicas (que nos intoxican de cortisol) generan un automático rechazo e incomodidad. Sea fundamentada o no, su presencia nos altera, nos cohíbe y estresa, nos da la sensación de pérdida de libertad. El tóxico se acostumbra a ser invasivo y agresivo.
El caso de la suegra es un ejemplo que está muy arraigado a la cultura. Entre mujeres se da por entendido que la suegra es una figura de difícil trato permanente, incluso Rojas Estapé comparte que sus pacientes definen a las mamás de sus maridos como “mujeres que se sienten con derecho de opinar sobre tu vida y, de hecho, lo hacen”, esto genera alteraciones porque permites que alguien externo cuestione, incluso juzgue, tus decisiones de vida básicas como la educación de tus hijos, el orden de tu casa, la forma en que se alimentan, los horarios que fijan para distintas actividades.
“Cuando estamos cerca de gente dañina no estamos relajados ni en paz, sino tensionados y en alerta constante lo que genera agotamiento”
★ Marian Rojas Estapé
Si pasamos un rato con esas personas intrusivas nos sentimos mal; incluso cuando se van se queda una sensación de irritabilidad, tristeza y vacío. Es muy doloroso reconocer ese efecto cuando se trata de una persona que queremos mucho o que consideramos especial; sin embargo es importante reconocer y comprender cómo nos estamos sintiendo. ★
Fotografías: cortesía de Pexels
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En una sociedad que vende la socialización, el estar siempre rodeados de personas y rechaza, en cierta medida, la soledad, preferimos perpetuar vínculos insanos que optar por momentos de paz sin compañía. Esto es aplicable a relaciones de pareja, familiares, pero también a relaciones de amistad.
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1. Se alegran por tus logros
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[¿Sientes que nunca dejas de trabajar?]
La psiquiatra Marian Rojas menciona en su libro ‘Encuentra a tu persona vitamina’ que las personas tóxicas (que nos intoxican de cortisol) generan un automático rechazo e incomodidad. Sea fundamentada o no, su presencia nos altera, nos cohíbe y estresa, nos da la sensación de pérdida de libertad. El tóxico se acostumbra a ser invasivo y agresivo.
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“Cuando estamos cerca de gente dañina no estamos relajados ni en paz, sino tensionados y en alerta constante lo que genera agotamiento”
★ Marian Rojas Estapé
Si pasamos un rato con esas personas intrusivas nos sentimos mal; incluso cuando se van se queda una sensación de irritabilidad, tristeza y vacío. Es muy doloroso reconocer ese efecto cuando se trata de una persona que queremos mucho o que consideramos especial; sin embargo es importante reconocer y comprender cómo nos estamos sintiendo. ★
Fotografías: cortesía de Pexels
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